jueves, 26 de julio de 2012

EL INDELEBLE EJEMPLO DEL COMANDANTE

La muerte en estos dias de nuevo me tiende un cerco despiadado; hace poco mas de tres anos me golpeo con la perdida del amor de mi vida: mi hijo Andresito, mi negrito, a quien he aprendido poco a poco a celebrar en la vida en lugar de ocultar con embarazo en la muerte. Hace apenas horas se fue el padre de un entranable amigo, un senor que conoci a los doce anos y con quien durante el resto de mi vida mantuve contacto estrecho; no fue facil verlo apagarse y me queda el consuelo de que mis palmaditas en su frente de duro trabajador fueron de lo ultimo que se llevo. Para colmo, otro gran amigo parece haber perdido la batalla con este mal del siglo XX que se llama cancer y me asalta el temor de haber iniciado ese inevitable proceso en el que los adultos de una cierta edad nos vamos quedando solos con las sombras.

En momentos como estos nos vence una incontenible rabia; una inocultable frustracion por todas las palabras que pudimos haber dicho y todo aquello que pudimos haber hecho de otro modo; luego me llego la noticia de que al parecer el regimen de La Habana, aunque quizas jamas contemos con las pruebas irrefutables, ha decidido eliminar uno a uno a sus adversarios y su ultima victima, Oswaldo Payas, ha ido a sumarse a la ya larga lista de martires. Parece que morir de muerte natural se ha convertido en pecado en la Cuba de hoy y creo que haya llegado desde hace rato la hora de las definiciones. Un amigo a quien respeto escribia en su blog que los cubanos corremos el peligro de perder la honra que nos acompana pues no mostramos el valor que nos caracteriza, respetuosamente discrepo; fuimos los ultimos a liberarnos del imperio espanol a causa de nuestras divisiones, de nuestra cobardia y de nuestra fidelidad a falsos deberes; jamas logramos darnos un pais serio y digno y luego caimos en mas de cincuenta anos de pesadilla; que hayan existido un Maceo, un Marti, un Quintin Banderas, un Agramonte, no implica que el pueblo como tal sea automatico beneficiario del decoro y el honor de estos luchadores; en realidad el cubano medio es ese que se dejo arrebatar una y otra vez sus derechos, el que vio partir a su familia y renego de ella, el que arrebato la tierra a sus legitimos propietarios, el que disfruto con la ruina de apellidos otrora rimbombantes, el cubano medio es el que milita en el partido comunista y recibe regalos y dinero de su parentela "traidora y mafiosa" de Miami; el cubano medio es el que hoy permanece indiferente ante la posibilidad de que Payas haya sido ultimado y no exige justicia.

Ante la barbarie del regimen, la indiferencia de la comunidad internacional y la falta de pantalones de nuestro "abnegado pueblo" quizas sea hora de que los pocos compatiotas con valor que nos quedan se den a la tarea de retomar el ejemplo del coma andante y se abran paso a como de lugar; algo no se puede negar; el senor del nombre impronunciable decidio hacerse su revolucion y lo logro; si alguien llega a sus objetivos por las razones erradas no veo por que motivo nosotros no podamos llegar a los nuestros por las razones justas. Los cubanos de aqui debemos cuanto antes ejercer la presion economica que cobardemente hemos postergado y los de alla, sin perder su vocacion pacifica, deben hacer enteder a esa banda de ancianos que el terror y la violencia NO son exclusivas de nadie y que quien a hierro mata a hierro pudiera morir.

Para ser mas claro: nos estan matando como moscas a nuestros hermanos y estamos aun en la blandengueria de denunciar y de gritar cuando sabemos perfectamente que "ellos" comprenden un unico lenguaje

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