sábado, 14 de julio de 2012

ORGULLOSOS DE QUE? RESPETUOSOS ANTE QUE?

Hace unas semanas se celebro en Washington un encuentro entre las autoridades cubanas y una representacion del exilio "respetuoso". No se a ciencia cierta los temas abordados porque yo no soy respetuoso ni conmigo mismo, pero me llama la atencion como luego de mas de 50 anos de dictadura en lugar de contar con un exilio mas vigoroso lo que tenemos es una masa de elementos que gira cada cual en torno a soles distintos y en reiteradas ocasiones chocan unos contra los otros en episodios mas que detestables.

Cada dia que los cubanos perdemos en medios terminos y sin cambiar el estado de cosas en La Habana, es un dia menos que tenemos para incorporarnos al curso normal de los eventos mundiales y participar, con nuestra modesta presencia, en el intento de solucionar los acusiantes problemas que aquejan a la raza humana; hemos llegado a un cruce del camino en el que pudiera decidirse el derrotero que seguira el planeta y aun nosotros estamos debatiendo como ser un pais normal; los protagonismos, las rencillas, los intereses de grupo y la avaricia de muchos son obstaculos insalvables que impiden la realizacion de los genuinos (y a veces inconcientes)  objetivos de todos. No veo a quien tenemos que respetar y mas aun, siempre tomandome TODA la responsabilidad de lo que escribo; no veo de que debemos estar orgullosos.

Me cuestiono no solo la existencia de orgullo bajo una ferrea y totalitaria dictadura de cinco lustros, voy mucho mas alla porque estoy convencido de que Fidel Castro y su hermano menor no son el problema, sino uno de los tantos problemas creados por la falta de sentido de nacionalidad que nos aqueja desde el momento mismo del inicio de las luchas contra la dominacion espanola, por el odio desenfrenado e irracional a todo lo que sea orden, legal, decoroso y de exito, en particular si esto viene de nosotros mismos y por este parentesis siempre sin cerrar que nos persigue desde las primeras conspiraciones. Somos una frase con tantos puntos suspensivos que no logramos expresar nada. Mas alla de consideraciones de tipo estrictamente politico o ideologico nuestra poblacion padece la terrible enfermedad de la inconclusion, del hiato perenne, de la provisionalidad eterna; tal parece que nos aterre posarnos en una rama y que esta no soporte nuestro preso; de tal suerte continuamos siempre vuelo, en busca de algo que no conocemos ni jamas hemos visto y desviados de nuestro trayecto cada vez que un "pillo" de verbo facil se nos situa delante y nos invita a cualquier demencial aventura.

Terminamos una gesta liberadora a finales del siglo XIX para que todo quedara mas o menos igual; no fijamos limites ni derroteros, no proclamamos vencedores ni vencidos, pasamos un tumultuoso periodo republicano no exento de intervenciones americanas, cuartelazos y arreglos de pasillo. Jamas reconocimos el genocidio del indio ni el papel determinante de los negros en la lucha contra Espana, jamas nos regodeamos en la placida y maternal calma de una nacion; el desarrollo y la pujanza economica practicamente nos cayeron del cielo y en lugar de consolidarlos preferimos jugarnoslo todo a una carta perdedora; entramos, sin haber oficialmente constituido una verdadera patria, en un limbo totalitario prenado de vocablos, categorias y rangos ajenos e impios, totalmente en contradiccion con la "personalidad" que apenas habiamos adoptado; caimos en la evocacion de la violencia como elemento de union, de la supresion total del individuo y de sus caracteristicas, entregamos voluntariamente, por holagazaneria, abulia y no poco miedo, nuestro derecho a razonar; nos dejemos retocar, no solo la historia antigua, sino el dia de ayer y contribuimos deseosos y entusiastas a la sovietizacion del tropico; permitimos que nos inculcaran los odios de la estepa, empezamos a sonar en cadencias eslavas y recriminamos a todos aquellos que se negaban a tal locura; como jamas fuimos nacion nada costo romper la familia, renegar de la madre, del padre, de abuelos e hijos. Una vez mas permitimos, con extremo placer, que nos pusieran los unos contra los otros y en medio de esa tormenta, un buen dia, el aguacero se convirtio en la llovizna que aun hoy cae sobre la isla; de pronto ya no somos enemigos totalmente, nos movemos de aca para alla y de alla para aca con una conveniente y fingida "libertad", pero el parentesis sigue abierto; los indudables perdedores doran la realidad con tintes demograficos, nos llenan este lado de su gente, tambien perdedora, el exilio cada vez se hace mas rosado y esto es un total "embaraje", nadie pide perdon a nadie; nadie reconoce errores y abusos, nadie tiende una mano sincera que virilmente denuncie su pasado y en este "mandame aquello" y "mandame lo otro" y frases altisonantes de unos que parecen haber descubierto el agua tibia el pueblo cubano sigue sin lograr cerrar el ciclo. Sigue sin haber nacionalidad; los problemas del siglo XIX se mantienen mas o menos donde estaban y aqui no ha pasado nada. Puede alguien estar orgulloso de eso?

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