sábado, 31 de enero de 2015

ESTA TODO CUADRADO?

No soy de los que saltaron de alegría ni sintieron sus ojos llenos de lágrimas ante el anuncio del presunto cambio de política de Estados Unidos hacia el régimen cubano. No compartía la errada noción de que en una relación en la que dos bandos supuestamente; y subrayo este adverbio, se disparan a matar el simple abandono unilateral de las armas por parte de uno conduzca al cese de las hostilidades; ese era mi criterio el día 16 de diciembre del 2014 cuando me fui a dormir y es mi criterio hoy. Sin embargo; y no hablo del impuesto por Washington a los barbudos convertidos en momias, no dejo de reconocer que a hecho consumado de poco sirve patalear y darse baños de conmiseración; nos guste o no se ha creado una inédita situación en la que la administración americana parece perseguir a los ancianos gobernantes y aquellos parecen negarse a ceder siquiera un ápice de sus principios; en tan singular puesta en escena se crean dudas sobre el verdadero alcance de los 18 meses de conversaciones que admitió el presidente y sobre la real efectividad del resultado de las mismas.

Todos los caminos llevan a La Habana y allá van prelados, funcionarios y visitantes de varios tipos disfrutando la primicia de lo que debería ser el nuevo carácter de las relaciones entre ambas naciones, pero lo que falta por confirmar es si al menos uno de esos numerosos caminos continúa más allá de la capital cubana y lleva a su pueblo a puerto seguro; por ahora todo se limita a un alto nivel de salivacion por parte de algunos y a un peligroso nerviosismo en los círculos de poder del cincuentenario régimen.

De este lado del estrecho reina idéntico nerviosismo pero por razones diferentes; los que por años han disfrutado del producto del sudor del contribuyente americano con la eterna promesa de una lucha redentora que en muchos casos se ha limitado a las salas de sus confortables casas hoy temen que el  Tío Sam decida beber mojito y fumar habanos o que nuestro exilio despierte de una santa vez y comience a pedir cuentas de que se hace con su dinero.

Una administración americana en 1958 lo tenía todo cuadrado y había encontrado la salida a la crisis creada durante el periodo ilegal de Fulgencio Batista; todos sabemos la pesadilla en que término la "genial" intervención, me pregunto que motivo podríamos tener para pensar que esta vez será distinto.

lunes, 26 de enero de 2015

ZIMMERMANN, FERGUSON Y OTRAS ENFERMEDADES

Hace unos días el Departamento de Justicia de nuestro país decidió no proceder en el caso del policía que último a Michael Brown, dicha decisión parece haber sido confirmada nada menos que por Eric Holder, el funcionario más alto de ese departamento y uno de los que abiertamente había puesto en tela de juicio el criterio del Gran Jurado. No proceder, no formular acusaciones no significa que el policía en cuestión sea un santo o que se le declare limpio de todo tipo de prejuicio racial; simplemente significa que no hay evidencias más allá de toda duda razonable de la intencionalidad y/o premeditación del hecho y que no existen las necesarias condiciones para que el caso pudiera resistir el embate de abogados defensores. No existe fundamento legal y según el sistema procesal vigente es hora de pasar la página.

Por otro lado, el ex vecino vigilante, aspirante a "guapo" de barrio George Zimmermann, enfrenta la enésima acusación de amenaza y de violencia. Fue mi criterio en el ápice de aquel escándalo y lo es hoy día, que este señor era un imbecil y que su carácter y complejos tarde o temprano lo llevarían a podrirse en una celda, pero que en el caso de la desafortunada muerte de Trayvon Martín tampoco existían las necesarias evidencias para condenarlo más allá de toda duda razonable. Ambos casos crearon furor; ayudaron a Sharpton, Jackson y otros mercantes del dolor ajeno a aumentar su visibilidad y quien sabe si hasta su capacidad de aumentar sus capitales; decenas de bufones que se llaman artistas juraron que jamás actuarían en la Florida, sólo para desmentirse en muchos casos y venir a actuar con el mayor descaro. Nada ha cambiado, las causas y los elementos que hacen a la comunidad afroamericana más vulnerable al desempleo, la falta de valores, la desfuncionalidad familiar y por tanto a la criminalidad y la violencia, no han desaparecido ni disminuido en intensidad y potencial destructivo, pero luchar contra estos flagelos conlleva una labor plena de pasión, sólidos principios y en muchos casos un gris anonimato; los buitres y chacales de la industria de la queja buscan y necesitan sólo la ganancia célere, la crisis fugas y puntual y las campañas a breve plazo. Pero sobre todas las cosas, necesitan que estas enfermedades no sean jamás superadas porque el día que el sueño del doctor King se cumpliera totalmente ellos se quedarían sin empleo.

Si nuestras leyes ya no reflejan la dinámica síquico social de nuestros días urge actualizarlo, pero para ello debemos movilizarnos y presionar a los legisladores con ese objetivo y no "quemar esta mierda" como con talante matonesco, fascistoide y auto destructivo propusiera el padrastro  de Michael Brown; mentes frías y con deseos de encontrar la verdad han concluido que la decisión del Gran Jurado era la correcta. Ahora quien reconstruirá la destrucción, las vidrieras hechas añicos y el precario equilibrio que existía en la ciudad antes de la tragedia?

Hasta dónde conozco, todos los desencuentros ulteriores  de Zimmermann con la ley y sus presuntas amenazas o abusos han sido perpetrados contra americanos que no pertenecen a la comunidad afroamericana. Aún así en ningún caso la justicia ha decidido lanzarlo de una vez y por todas a un penitenciario; deberemos concluir entonces que este esperpento de ser humano o tiene mucha suerte o simplemente se aprovecha de las leyes que rigen nuestros sistema penal pero no necesariamente que entre sus incontables defectos y actitudes censurables se encuentre el propósito manifiesto de ultimar a seres humanos por el color de su piel.

No soy tan ingenuo como para pensar que mi país sea ideal; seguramente muchos americanos caucásicos pre juzgan a sus semejantes en modo negativo si poseen piel oscura del mismo modo que, por reflejo, muchos afroamericanos dan por descontado que están en desventaja si la entrevista para obtener empleo la realiza un compatriota blanco, hispano o de otro grupo étnico. Lo que significa el racismo en cualquiera de sus manifestaciones lo sabe sólo quien lo ha sufrido; quien haya sentido en plena mejilla el intenso ardor de la broma hiriente, del epiteto negligente, quien haya sido una y otra vez condicionado por el pero e incluso celebrado y admirado por ser a pesar de, por ser negro pero, por ser negro pero ser muy decente o muy culto o poseer cualquier cualidad; quien se haya contemplado con impotente desconsuelo al espejo y preguntado a Dios, muy quedo, porque le trajo al mundo con esas facciones "toscas", "atrasadas", "feas", "distintas"; el racismo y su triste existencia en nuestros días lo comprende sólo quien vive con la incómoda sensación de estar bajo una lupa, de no poder comportarse mal o fallar porque su conducta reafirmaría el atávico determinismo. El racismo lo conoce sólo quien ha ocultado una lágrima, quien ha fingido no escuchar, quien se siente un invitado a la mesa y no un comensal, quien equipara el sonido de la sorna y la chanza peyorativa al chasquido del látigo implacable. Ni Sharpton, ni Jackson, ni ninguno de los manipuladores del drama me van a enseñar lo que significa haber nacido, vivido y sonado siendo siempre el "otro", ni la amargura del adolescente lleno de dudas e inseguridades que se oculta en un rincón oscuro a rumiar su tristeza, pero precisamente para que ni un joven más se vea obligado a pasar momentos como esos, para que el llanto se haga sonrisa, para que nuestras manos se entrelacen definitivamente y sin reservas y podamos disfrutar plenamente del inagotable caudal de esperanzas que brinda este milagro que es nuestra patria y los americanos de todas las razas, colores y rasgos podamos de una vez amarnos en nuestras sagradas diferencias es imperativo e impostergable deponer el odio, el resentimiento, la hostilidad y el oportunismo e introducirnos con inconmovible decisión en cuanto resquicio de oportunidad se presente.

En el caso de los negros hispanos y en particular de los cubanos, se nos coloca en esta coyuntura inédita el dilema de luchar contra un racismo sutil, opaco, nebuloso e intangible. Retomar las tradiciones y valores desdeñados por siglos es no sólo útil sino imprescindible; pero en ese rescate estan inevitablemente incluidos nuestros hermanos blancos y de otros colores. Nutro una punzante aprensión ante la ruta revanchista, cobarde y oportunista de algunos que hoy optan por disparar a cero contra todo y contra todos y que incluso llegan a esbozar con mayor o menor desenfado posturas excluyentes. Rescatar mis orígenes y celebrar mi otredad no puede en lo absoluto implicar la disminución, supresión o marginalizacion del hermano que con sus prejuicios y límites me acompaño hasta este punto; su comentario irreflexivo y desconsiderado pudo haberme herido pero su abrazo cálido y sincero me ayudo a superar cataclismos y desastres. En el abismo que jamás debemos caer es el abandono de lo vivido y la renuncia a anejos afectos sólo porque ahora se haya puesto de moda ser "distinto".

lunes, 19 de enero de 2015

LOS CALESEROS EXTREMISTAS

Lo mas tipico de Cuba es lo atipica que resulta; lo sutil de las fronteras y las diferencias y lo resbaloso de los conceptos; me atrevería a afirmar que desde el fin de la guerra del 1895 los cubanos saltamos de un bando al otro con impúdico desenfado y según la tendencia del momento; amigos y enemigos se reconcilian y se enemistan en un zigzag histórico que provoca vahídos a cualquier estudioso. El tema racial no escapa a esta perversa dinámica y resulta oportuno y necesario en un aniversario más del natalicio de Martín Luther King Jr. abordar con valentía el tópico.

En el uso que el español dio al negro esclavo se incluye la categoría de trabajador doméstico y dentro de la misma el título de calesero merece especial atención. El calesero era el que conducía la calesa, uno de los varios tipos de carrozas tiradas por caballos muy difusas antes de la aparición del automóvil. La imagen de este perfil ha llegado a nuestros días como la de un negro dicharachero, simpático, sagaz, con tintes bufonescos que junto a su proverbial habilidad para evitar el castigo contaba con amplios dotes de diplomacia e intriga. En tiempos más recientes el término es utilizado en modo peyorativo para definir a personas que sirven de instrumento a causas poco loables y en específico en el caso del proceso cataclismico que ha azotado la isla por mas de cincuenta años el vocablo se deja caer con inmenso desdén sobre los hombros de negros que desde posiciones periféricas e irrelevantes han permitido que el régimen les utilice a su gusto y conveniencia.

Algunos de esto señores y señoras escaparon de la pesadilla cuando las ínfimas prebendas que la dictadura les otorgaba les fueron retiradas. De la noche a la mañana experimentaron una singular metamorfosis que les catapulto sin ton ni son a la cabeza de la intolerancia; afloraron en muchos de ellos todos aquellos conocimientos y memorias que guardaban de un tiempo mejor e iniciaron el nocivo proceso de dar a todo una explicación racial.

Portadores de un bochornoso retraso a su cita con la historia ocultan sus faltas bajo ese manto de extremismo que no conoce límite ni medida; emiten juicios lapidarios con énfasis y con toda aquella pasión por los derechos de su raza que durante diez lustros jamás mostraron. Sin el menor escrúpulo halan de la solapa a aquellos a quienes no se atrevían a saludar en Cuba por temor a comprometerse para, con talante paternalista, mostrarle como y cuando lograr la integración racial.

Por desgracia estos seres no son producto de mi imaginación, existen y aguardan agazapados la primera tribuna para saltar sobre ella, apoderarse del micrófono y no dejar de hablar jamás; émulos de su mentor y guía Fidel Castro, consideran aún hoy poseer la verdad y las soluciones y nutren infinito desdén por el resto de sus semejantes, en especial si son de su mismo color de piel.

INTELLECTUAL INDIGESTION

At first all grievances were together; colonialism and an unfair economic exchange (labeled by some as neocolonialism) were not only a source of economic and social disparity but also a perfect habitat for racism and all sorts of discrimination. It was, thus, only logical that the grieving folks gathered in one large, heterogeneous, almost amorphous entity usually at odds with the western powers and by association staunchly opposed to the policies of the Mother of all powers: the United States of America.

President Barrack Obama was heavily influenced by these theories and this ideology, and the public admission of Islamic links to terrorism falls far beyond his comfort zone.

For lack of a plausible role model, the black leaders of the 50s and the 60s set their eyes on the east in their quest for their own roots and a sense of identity; some of them changed the names glued on their foreheads by the "man" to what they believed was closer to their ancestors. Islam was always a surrogate home for the largely disfranchised African American community and even more than 40 years later it appears to be hard for a broad section of the black intelligentsia to renege its old comrade in arms.

In some cases the limits are imposed by scarce intellectual density, but in most cases I would daresay we are witnessing outright philosophical  dishonesty; whether Obama falls in the former or the latter group remains to be defined. To me there is no doubt we voted for a vacillating man who, for all his grandiloquence and his race transcending aura, has hopelessly remained hostage of the demons of his youth and fails to understand that most of the anti colonial movement has splintered, aided by the west's dangerous ambiguity, into hundreds of senseless violent sects that we need to defeat before it is too late.

sábado, 17 de enero de 2015

NAMING THE ENEMY

Viva Cristo Rey !!! Used to be heard in Mexico at the time when a war of religious traits, at least in its surface, swept that neighboring nation. Those who yelled their lungs off while fighting their enemies were called "cristeros" and we still use that term with no ambiguity.

The KKK shielded its shameful racism with the cross and millions of Christians condemned their actions to the point where that infamous organization is almost nonexistent.

In the case of Islamic extremists: the usual left reticence is obsessively and stubbornly used to water down its definition and there they go with their "violent extremists" and other euphemistic labels. Moreover Muslims all over the world remain to this date conspicuously silent and fail to unequivocally condemn and reject those who have allegedly kidnapped the liturgy to quench their blood thirst.

Even most politicians in the right continue to stress that the overwhelming majority of Muslims are peaceful people and have nothing to do with the few heretics that commit such barbaric crimes and that Islam as a religion does not provide any theological or philosophical foundations to terrorism.

I'm beginning to suspect that those few rotten apples are not so few after all and that Islam is not as alien to violence as we dutifully force ourselves to believe: for now, the only leader that has put forth some sort of comprehensive statement regarding this matter is the Egyptian president, mostly everybody else seems to be running in circles and avoiding the inevitable. 

martes, 13 de enero de 2015

YO TAMBIEN SOY CHARLIE (Tercera Parte)

Entre bandazos y desencuentros; tras una cadena de alternancia de izquierda y derecha al timón de los países desarrollados llegamos a nuestros días con una herencia de millones de inmigrantes que en gran medida son indigentes y en muchos casos se han convertido en jurados enemigos del mundo que les acogió.

A mis planteamientos sobre la eventual responsabilidad occidental en la actual situación de desastre y guerra asimétrica que enfrentamos me llego algún que otro reproche e incluso la acusación de pertenecer a la izquierda; más aún, para algunos el grado de alienación y virulencia a que han llegado los extremistas islámicos y de otras persuasiones religiosas es única y exclusivamente culpa de ellos mismos; de su proverbial vocación por el subsidio estatal fácil y por las condiciones precarias de vida y no es que yo difiera diametralmente de dicho análisis, aún más lejos llego cuando catalogo este fenómeno de cáncer y cuando advierto que nuestro país, a golpe de oportunista e irresponsable amnistía llegara en breve a la pesadilla francesa, en esto mis amigos a la derecha y yo coincidimos plenamente. Donde ellos me abandonan a la más abyecta soledad intelectual es a la hora de admitir el peligroso juego de los potentes occidentales y su eterno postergar de situaciones que, atajadas a tiempo, hubieran dado un resultado menos aterrador.

Si la derecha culpa tanto a la izquierda del punto a que hemos llevado el tema de la inmigración pues que con valentía y tino político efectúe las necesarias correcciones de ruta:
1- No más zonas restringidas en Francia
2- No más cheque en blanco en Estados Unidos.
3- No más hacerse de la vista gorda en Italia
Pero si las anteriores medidas no van acompañadas y quizás precedidas de un radical vuelco en las relaciones con el Tercer Mundo todo quedara en meras posturas y frases huecas. No estoy en lo absoluto contra el arbitraje y la injerencia occidental siempre que esta sea coherente y conduzca a paisajes más agradables en esa zona y a la consecuente reducción de la inmigración.

Si como algunos sostienen en el caso de los islamistas el plan desde el primer día era trasladar una significativa parte de su población a Occidente para reclamar territorialidad, pues a mayor razón se hace imperativo detener este flujo aún al costo de emitir nuevas leyes que resulten impopulares. La derecha crítica y muchas veces no le falta razón, pero cuando llega al poder no produce los cambios necesarios y no muestra la garra que generalmente observamos en el bando opuesto. Pero el dilema es mucho más complejo porque cuando de ráfagas de AK se trata las balas cegadoras no indagan la inclinación ideológica antes de ultimar a su objetivo.

La manifestación del pasado domingo brindo a todos un soplo de esperanza; políticos de disímiles tendencias avanzaron codo con codo en simbólico combate contra el terrorismo y el extremismo islámico y de donde venga; el ciudadano medio francés se lanzo igualmente a la calle; un grito de rabia y obstinación atravesó océanos y mares; en este momento la única salida es responder con idéntica o mayor energía a la provocación seudo mahometana, permanecer vigilantes y emplazar a los musulmanes en todo el mundo a que renuncien a la violencia o asuman las consecuencias de su conspicua ambigüedad, pero una vez cumplida esta tarea se hace imprescindible ajustar la camisa de fuerza a los que nos representan de modo que las tragedias actuales no se hagan cíclicas

lunes, 12 de enero de 2015

YO TAMBIEN SOY CHARLIE (Segunda Parte)


Por años las naciones más desarrolladas han alardeado de su bienestar encandilando la vista al pobre recolector de café que entre una temporada y la otra observaba impotente la opulencia del Primer Mundo; nuestra superficial y edulcorada televisión, nuestros parcializados periódicos y la cowboyesca cinematográfica que hemos promovido por décadas ha siempre dado una exagerada e imprecisa visión de las posibilidades reales de éxito en nuestra casa.

Por otro lado, nos hemos comportado con injerencismo pero sólo para repletar las arcas de algunos pocos poderosos en lugar de usar el ejemplo de nuestro "milagro" y el poder de nuestro músculo militar para garantizar que en los países más pobres existiera un mínimo de bienestar; que no pululasen dictadores de izquierda ni derecha y que los ciudadanos de los países no "bendecidos" por Dios pudieran al menos sonar con un futuro; iniciativas como la Alianza para El Progreso de Kennedy o en menor escala el plan para la Cuenca del Caribe de Reagan, fueron sólo endebles excepciones en medio de nuestra interminable convocatoria al gorila más entreguista y que prometiese estabilidad aunque fuese a muy breve plazo. En sentido general, a causa del fin del colonialismo o del inicio del neocolonialismo los gobiernos del mundo desarrollado cambiaron entrada a sus países por relaciones comerciales ventajosas y oídos sordos a las necesidades genuinas o inventadas de las poblaciones tercermundistas, el resultado fue siempre la inmigración en un sólo sentido y la paulatina creación de bolsas de pobreza en pleno territorio del paraíso. Pareciera como si consciente o inconscientemente el poder en Occidente hubiera optado por dedicar pequeñas porciones de su propio territorio al establecimiento de fincas feudales repletas de mano de obra propensa a asumir el papel del mayordomato en la época moderna sin preocuparse siquiera porque los descendientes del mayordomato pudieran integrarse plenamente a la vida que sus padres le habían procurado.

En casos como el de Francia se llego a permitir la existencia de zonas restringidas donde ni la policía pudiera entrar y de tal suerte los musulmanes viviesen la vida de sus padres en suelo europeo; una y otra vez la clase dirigente pateó la lata unos metros más arriba y barrio la basura bajo la alfombra en lugar de preocuparse por implementar una política sostenible que procurase el mínimo de bienestar que evitase la huida de millones de seres de sus lugares de origen; el sacrosanto principio de no intervención se convirtió en la coartada para no hacer nada y mirar hacia otro lado ante la evidente arrabalizacion de nuestro mundo.
CONTINUARA...

viernes, 9 de enero de 2015

YO TAMBIEN SOY CHARLIE (Primera Parte)

Aún resuenan en nuestras mentes los disparos de fusil captados por las cámaras y se yergue ante nosotros en toda su estatura el drama de nuestros días: nos dejamos aplastar o recurrimos a lo que sea necesario con tal de sobrevivir?

Para mi, como para muchos, existe sólo la segunda opción, pero desde la reticencia y la resistencia del presidente Obama para llamar el crimen de ayer por su nombre sin ulteriores medias tintas ni eufemismos hasta la proliferación exagerada de movimientos extremistas ante las evidentes ineficiencia y negligencia de la comunidad de inteligencia occidental, me hacen sospechar que  el verdadero poder nuevamente juega con fuego pensando más en fáciles e inmediatas ganancias que en el futuro de la humanidad.

No alcanzo la cuota de cinismo que me permita afirmar que los potentes hayan planificado este horrendo crimen, pero es innegable que en un momento u otro nuestros gobiernos han cooperado, estimulado e incluso entrenado a los grupos que sirvieron de embrión a este puñado de organizaciones terroristas que hoy atentan directamente contra nuestro modo de vivir. Cuanto antes comprendamos que estamos en guerra menos difícil será superar este amargo momento, pero sería infantil suponer que tras la victoria todo será como antes; no ocurrirá, es posible que tengamos que tomar decisiones difíciles y si deseamos evitar el desmoronamiento de nuestro mundo habrá que dar un carácter distinto a las relaciones internacionales y a la interacción entre pueblos y naciones.
CONTINUARA...

lunes, 5 de enero de 2015

JUAN Y PEDRO TRAS LOS SI CONDICIONALES

Nadie puede afirmar no haber sonado alguna vez con una realidad distinta y con Cuba y Estados Unidos envueltos en las normales relaciones que deben vincular a las naciones. Es cierto que hipotizar algo "normal" en Cuba es algo verdaderamente irreal y en extremo optimista. Nuestra vocación por lo anómalo y nuestro coqueteo con lo inédito data de fechas imprecisas y lejanas.

Muchos de nosotros estábamos seguros de que el cambio de estrategia política por parte de Washington vendría irremediablemente acompañado de algún que otro gesto por parte de La Habana, la rendición incondicional que al menos en apariencia ha protagonizado el presidente Obama no figuraba en casi ningún escenario de la imaginación de aquellos que se dedican a analizar el tema cubano.

La razón, por otro lado, me alerta de que no es necesario negociar un año entero o dos para rendirse incondicionalmente y que tras el gesto de resignación americano están aquellas concesiones que han permitido al régimen la actual victoria mediática; si es una cosa o la otra para la próxima primavera se comenzarán a delinear los verdaderos rasgos del nuevo rostro que una vez más ha cocido, moldeado y esculpido la burocracia de nuestro país (USA). Si a fin de cuentas esta será la vía para acercarnos al principio del fin no vacilare en señalarlo me guste o no el presidente.

Pero incluso SI el régimen de La Habana a pesar de la retórica decide abrir sus brazos al capital quedan los escollos legales de este lado; SI nuestros congresistas en mayoría republicana deciden apoyar al presidente hasta el final y abatir todas las trabas que impiden el comercio normal, SI los ancianos permiten el establecimiento de entidades americanas en la isla, SI las cifras de daños infligidos se logran conciliar: en fin, si todos los si condicionales se hacen afirmativos, de quizás se pasa a seguramente y de quien sabe a por supuesto la posibilidad de que Juan y Pedro de Hialeah puedan hacer dinero honestamente en la isla será ínfima

Los camaradas cubanos aguardan con ansia y en plena salivacion las inversiones nuestras, pero cuando digo nuestras no lo hago en lenguaje directo sino financieramente indirecto:

1- El desdén que siente el régimen por los pobres se hará más evidente y las aperturas serán sólo para las inversiones de alto calado. Juan y Pedro continuarán mirando desde la cerca de protección como han hecho toda su vida.

2- Los bienvenidos serán los verdaderos imperialistas, como dice Juan Luis Guerra: la Mitsubishi y la Chevrolet; no me sorprendería que descaradamente la camarilla cubana fijase un límite mínimo por debajo del cual no le interese hacer negocios.

3- Pocas empresas americanas invertirán si sus inversiones no son garantizadas por las entidades americanas competentes de modo que cuando Raul no pague, como ha hecho hasta ahora, sean Juan y Pedro los que saldemos la cuenta

La posibilidad de beneficiarse económicamente con lo que esta sucediendo existe sólo para los que ya son muy ricos o para los que logren inventar algún tipo de negocio en suelo americano, los sicarios del régimen y la enorme horda de delatores que les siguen han esperado mucho este instante para dejarse arrebatar la miel de los labios por Juan y Pedro.

FE Y RACIOCINIO


Mientras conversaba con Orula en este inicio del 2015 dejaba vagar mi mente sobre hechos y detalles que rigen nuestra relación con el más allá, con la religión, con los iconos que hemos adoptado o asimilado y con el singular e inconmensurable fenómeno que es la fe. El lado más perverso de la vida no es la enorme cantidad de sufrimiento que trae consigo ni esa suerte de terreno minado que nos toca atravesar a lo largo de nuestra permanencia entre los vivos, es la lentitud y deliberada parsimonia con que nos va administrando frugales dosis de conocimiento y experiencia y así las cosas, pobre de mi, sólo en esta atípica mañana de inicio de año, de fin de lustro y de cierre de ciclo he logrado finalmente soltar amarras del dilema que por años me ha aquejado y que radicaba en la presunta contradicción entre mi inclinación y predisposición eminentemente científicas y mi tardio abrazo a la fe de mis antepasados.

No sólo son ciencia y religión perfectamente compatibles sino que se complementan y la una puede ser instrumento de la otra sin por ello faltar a los cardinales principios del sentido común; la ingenua pregunta del agnóstico atemorizado que se permite cuestionar lo real de la religión a partir de los concretos y personales resultados de tal o más cual creyente o feligrés es tan absurda y priva de fundamento como afirmar que visto que sólo el 3% de la población llega a alcanzar metas económicas de verdadera relevancia es mejor quedarse durmiendo y no someterse más al monótono y a veces alienante trabajo cotidiano y es que en última instancia una visión científica y materialista del universo y sus contornos nos muestran la religión como el reconocimiento del ser humano de algo que existe más allá de su poder y alcance y que para nada esta basado en postulados morales y/o éticos; el dar a este ente sopra humano un carácter de escuela primaria en la que los resultados individuales son proporcionales a la obediencia y aplicación es precisamente una de las manipulaciones más sórdidas y nocivas que el hombre, en su eterna lucha por controlar el poder y la riqueza ha utilizado con innegable éxito.

Contraponer sabiduría a religión no es más que una de las armas usadas para dividirnos; mientras una niegue la otra la batalla permanece inconclusa y el Mesías continúa extraviandose en la intrincada maleza de lapidarios conceptos, frías categorías e incompletas leyes. Los auto nominados mastines de la fe intentaron suprimir el discurso científico por temor a perder la hegemonía de la verdad y la razón, cuando comprendieron lo contraproducente de su postura, cientos de miles de cadáveres más tarde, optaron por ocupar espacios vacíos en el proceso educativo, pero la virulencia original y la brutal represión de pensadores y estudiosos continúa siendo utilizada, con tenaz obstinación, por los defensores a ultranza del agnosticismo.

Como si la lucha entre fe y agnosticismo no fuese lo suficientemente letal, nos hemos sometido una y otra vez al cruento y estrecho enfrentamiento entre la fe y la fe, entre la religión tuya y la mía y entre tu Dios y el mío, entre la deidad del vencedor y la del vencido y bajo tan tortuosa dinámica hay millones de seres que en este precioso minuto no sólo se deben esconder de los incrédulos para disfrutar de su recogimiento y encomendarse a su deidad en el momento aciago; peor aún, son víctimas del sangriento enfrentamiento de deidades y deben ocultar la propia tras discretos pliegues en faldas y chaquetas, rezar en monosílabos y conformarse con adoraciones furtivas mientras tanto.

Ser religioso en el siglo XXI implica adaptarse a la liturgia cándida y transparente que nada tiene que ver con el susurro cofradíaco, la sotana que oculta la daga y la innecesaria penitencia para lavar pecados jamás cometidos. Implica desatar con determinación y tino los infinitos recursos del pensamiento científico; significa adentrarse con valentía en el ecumenismo con la certeza de que cada variante de la fe no hace más que confirmar la vigencia de la misma y de que más allá de estrechos condicionamientos socio económicos y geopolíticos el ser humano debe alzar su mirada sobre los árboles para lograr ver el inmenso bosque.