viernes, 9 de enero de 2015

YO TAMBIEN SOY CHARLIE (Primera Parte)

Aún resuenan en nuestras mentes los disparos de fusil captados por las cámaras y se yergue ante nosotros en toda su estatura el drama de nuestros días: nos dejamos aplastar o recurrimos a lo que sea necesario con tal de sobrevivir?

Para mi, como para muchos, existe sólo la segunda opción, pero desde la reticencia y la resistencia del presidente Obama para llamar el crimen de ayer por su nombre sin ulteriores medias tintas ni eufemismos hasta la proliferación exagerada de movimientos extremistas ante las evidentes ineficiencia y negligencia de la comunidad de inteligencia occidental, me hacen sospechar que  el verdadero poder nuevamente juega con fuego pensando más en fáciles e inmediatas ganancias que en el futuro de la humanidad.

No alcanzo la cuota de cinismo que me permita afirmar que los potentes hayan planificado este horrendo crimen, pero es innegable que en un momento u otro nuestros gobiernos han cooperado, estimulado e incluso entrenado a los grupos que sirvieron de embrión a este puñado de organizaciones terroristas que hoy atentan directamente contra nuestro modo de vivir. Cuanto antes comprendamos que estamos en guerra menos difícil será superar este amargo momento, pero sería infantil suponer que tras la victoria todo será como antes; no ocurrirá, es posible que tengamos que tomar decisiones difíciles y si deseamos evitar el desmoronamiento de nuestro mundo habrá que dar un carácter distinto a las relaciones internacionales y a la interacción entre pueblos y naciones.
CONTINUARA...

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