jueves, 23 de octubre de 2014

LA DERROTA EN LA VICTORIA

En medio del caos que crea el inevitable salto cualitativo que el mundo experimenta en estos momentos mas alla de quien gobierne y de mejores o peores decisiones nos vemos ante el consabido abismo que se presenta siempre en casos de tal naturaleza:

1- Decadas de politica miope y de estrecho impacto nos han ido limitando como potencia.
2- El egoismo y la avidez de los circulos de poder han creado una carrera tras la ganancia inmediata sin el menor reparo en tecnicas, metodos y mucho menos en escrupulos.
3- El otrora sueno americano ha dado infinitas historias de exito y enriquecimiento, pero con el deteriorarse de nuestros valores cada vez son mas los casos de compatriotas que desde el bloque de arrancada se ven privados de las herramientas basicas para aspirar a una vida mejor.

Cuesta trabajo creer que tantas crisis puedan coincidir sin que exista la sordida mano del hombre tras las mismas; pero mas alla del origen de la situacion lo cierto es que la "chusma" hoy esta cada vez mas cerca de sepultar a las personas de bien y es que nunca antes esta tipologia habia gozado de la densidad y el peso especifico que hoy disfruta; los irrresponsables de izquierda la utilizan para ganar elecciones y los igualmente irresponsables de derecha, en su temor de perder algo que han perdido ya, coquetean con este lastre social sin tener el valor de ponerlo en su lugar. Asi las cosas vemos horrorizados como los terroristas ganan terreno en el Medio Oriente y atenazan a nuestro aliado Israel ante la indiferencia de la Casa Blanca y de otras casas de tonos mas oscuros y ya tenemos imitadores o simpatizantes en occidente que han decidido dispararnos a mansalva, degollarnos en plena calle, o eliminarnos de cualquier modo.

Las libertades individuales por las que tanto hemos luchado y de las cuales con toda justicia nos enorgullecemos son, como efecto colateral, el mejor caldo de cultivo de los terroristas domesticos. Para combatir este nuevo reto no nos quedara mas remedio que ser en extremo vigilantes, cooperar estrechamente con las autoridades, responder con celeridad y eficacia a cualquier signo de peligro que nos perturbe y ejercer en toda su amplitud nuestro sacrosanto derecho a portar armas y usarlas para defendernos; estoy casi convencido de que luego de un periodo de ajuste seremos capaces de salvarnos y derrotar esta sombra que se cierne sobre el mundo libre; saldremos victoriosos...pero a que precio?. Tendremos que violar la santidad de las mezquitas, que focalizar nuestra vigilancia sobre los fenotipos mas cercanos a las etnias arabes; tendremos que leer con detenimiento cualquier comentario en Facebook u otra red social que nos provoque la menor preocupacion.

El poder no permanecera impavido y utilizara la ocasion para indisponernos a unos contra otros, para sembrar la duda y la cizana, para dividirnos mas aun y llevarnos al punto de pedir de rodillas una mano dura y la seria disminucion de nuestras prerrogativas. Al final la victoria nos costara carisima y no es facil predecir hasta donde tendremos que retroceder para salvar el pellejo. No puedo probar que cuanto enfrentamos hoy sea una conspiracion del poder, pero lo innegable es que les viene como anillo al dedo.

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