Con escaso margen de organización y precipitados luego del anuncio de presuntos acuerdos entre Cuba y Washington que nadie conoce a ciencia cierta y que se han alcanzado luego de sesiones bajo el sello del secreto, la ausencia de transparencia y la ambigüedad, se convocó en Miami una prueba de unión entre los distintos grupos y organizaciones de lo que se propone como verdadera sociedad civil de la isla. Se trató de una conferencia de prensa y un evento de intercambio de criterios con los residentes en nuestra ciudad; la asistencia al mismo fue aceptable considerando el grado de decepción y hastío que reina en la comunidad ante el tema cubano.
Se suponía que este sería el triunfal inicio de una etapa de aglutinación y dinamizacion de oposición y exilio, pero desde el mismo momento de la llegada de los opositores constatamos en primer lugar que no todos habían venido y en segundo lugar que subsiste la perniciosa y divisoria conducta de ciertos sectores caracterizada por la invitación de soslayo, a través de terceros, sin dar la cara y con ánimo cofradíaco. El secreto, la compartimentacion y la insidia continúan reinando entre nosotros y no impera el clima de confianza que posibilite la imprescindible cohesión en este singular momento histórico.
Un sector de la burguesía criolla en Estados Unidos; el mismo que apostó a Castro contra Batista para luego salir despavorido ante la traición de la hiena de Biran, el que pudiera estar afilando sus dientes para cuando la isla se oficialice como maquiladora del Caribe, no ve con buenos ojos la posibilidad de posturas unitarias. La entrada de líderes dignos y capaces podría garantizar una Cuba civil, respetuosa de leyes e instituciones que dista mucho del barracón de esclavos calificados con que desean contar y es cardinal que el pueblo cubano sepa que nada bueno le traerá la porción abdicante de su burguesía. Ante el calor que genera la nueva dinámica empiezan a aflorar las reales intenciones de algunos, las bajas pasiones de otros y la manipulación burda y barata de muchos. Si algo positivo ha provocado la actual telenovela protagonizada por ambos gobiernos es que las caretas empiezan a caer y émulos de los venecianos en su colorido carnaval nos sorprendemos ante la presencia de nuestro respetable vecino en una insaciable bacanal; cuando terminen de rodar máscaras y reputaciones, cuando los malolientes corsés se nos muestren regados en las callejuelas y el hedor a vino fermentado inunde nuestros sentidos provocando la más profunda sensación de asco; entonces y sólo entonces, sabremos de donde venimos y a donde vamos y comprenderemos la real y genuina naturaleza de esta obra de teatro vernáculo que presuntuosamente llamamos "nuestra causa "
Se suponía que este sería el triunfal inicio de una etapa de aglutinación y dinamizacion de oposición y exilio, pero desde el mismo momento de la llegada de los opositores constatamos en primer lugar que no todos habían venido y en segundo lugar que subsiste la perniciosa y divisoria conducta de ciertos sectores caracterizada por la invitación de soslayo, a través de terceros, sin dar la cara y con ánimo cofradíaco. El secreto, la compartimentacion y la insidia continúan reinando entre nosotros y no impera el clima de confianza que posibilite la imprescindible cohesión en este singular momento histórico.
Un sector de la burguesía criolla en Estados Unidos; el mismo que apostó a Castro contra Batista para luego salir despavorido ante la traición de la hiena de Biran, el que pudiera estar afilando sus dientes para cuando la isla se oficialice como maquiladora del Caribe, no ve con buenos ojos la posibilidad de posturas unitarias. La entrada de líderes dignos y capaces podría garantizar una Cuba civil, respetuosa de leyes e instituciones que dista mucho del barracón de esclavos calificados con que desean contar y es cardinal que el pueblo cubano sepa que nada bueno le traerá la porción abdicante de su burguesía. Ante el calor que genera la nueva dinámica empiezan a aflorar las reales intenciones de algunos, las bajas pasiones de otros y la manipulación burda y barata de muchos. Si algo positivo ha provocado la actual telenovela protagonizada por ambos gobiernos es que las caretas empiezan a caer y émulos de los venecianos en su colorido carnaval nos sorprendemos ante la presencia de nuestro respetable vecino en una insaciable bacanal; cuando terminen de rodar máscaras y reputaciones, cuando los malolientes corsés se nos muestren regados en las callejuelas y el hedor a vino fermentado inunde nuestros sentidos provocando la más profunda sensación de asco; entonces y sólo entonces, sabremos de donde venimos y a donde vamos y comprenderemos la real y genuina naturaleza de esta obra de teatro vernáculo que presuntuosamente llamamos "nuestra causa "
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