viernes, 22 de mayo de 2015

DONDE ESTAMOS?

La causa de la definitiva integración racial ha culminado su primera fase y esa parece ser la razón real tras la cadena de sucesos ocurridos en nuestro país en los últimos dos años. Trayvon Martín fue ultimado por el vigilante voluntario George Zimmermann y luego de un juicio sujeto a enorme presión popular el acusado es encontrado no culpable.

Michael Brown es ultimado en Furguson por un policía blanco; se corren todo tipo de rumores sobre la inocencia del difunto y se espera una dura condena al agente policial, pero las autoridades deciden no proceder por no encontrar los elementos necesarios para presentar un caso que tuviese posibilidades de victoria. La narrativa de los brazos en alto de la víctima y su grito de "no disparen" son categóricamente desmentidas por las evidencias forensicas.

Un señor que se dedicaba a la ilegal actividad de vender cigarrillos al menudeo en plena vía pública muere cuando un policía le aplica la llave para reducirlo a la obediencia; esto sucede a pesar de las mas de diez veces que la víctima advirtiese que no podía respirar.

Hace semanas en Baltimore un joven negro es detenido y muere mientras lo transportaban varios policías en un furgón; se especula una muerte a manos de los agentes aunque aún el caso se encuentra en sus primeros momentos.

Por una lado los habituales mercantes de la queja como Al Sharpton y Jesse Jackson así como muchos "liberals" blancos que devengan su salario a partir de la presunta defensa de la causa de la comunidad afroamericana atizan la llama racial con irresponsable obstinación; por el otro existe el sector que plantea que el problema más que racial es de divorcio entre gobernantes y gobernados, que la policía más allá de razas y demográficos actúa con excesiva energía contra quien no lo merece mientras se muestra incapaz de controlar el verdadero delito. La alcaldesa de Baltimore, el jefe de la policía y la fiscal del distrito son negros; tres de los seis policías que transportaban a Freddie Gray (la víctima en cuestión) son negros e incluso uno es mujer.

Lo más increíble de toda esta tragedia es que muchos políticos demócratas incluyendo al actual presidente, culpan la falta de oportunidades y la pobreza por el clima que conduce a la desproporcionada delincuencia en el demográfico afroamericano, pero soslayan que  a esta ciudad se han dedicado miles de millones de dólares que su partido ha manejado y que parecen haberse esfumado pues el problema que debían enfrentar es hoy más grave que antes.

El racismo como fenómeno estructural caracterizado por un cuerpo de leyes; reglas y mecanismos creados por un grupo para impedir el acceso al poder y la riqueza de otro fue eliminado en Estados Unidos de un plumazo durante la administración de LBJ gracias a la tenacidad de miles de luchadores de todas las razas a la cabeza de los cuales marchaba el doctor King; significa esto que no subsistan prejuicios, manifestaciones, estereotipos y preconceptos en muchas personas e instituciones?, sería ingenuo pensar que si, pero resulta imperativo hacer una neta diferenciación entre racismo y segregación como pilares de la legalidad de nuestra sociedad y los lamentables y vergonzosos prejuicios que determinados individuos puedan conservar y que puedan incluso incidir a nivel estructural en instituciones y agencias, recordemos que las mismas son en última instancia manejadas por seres humanos. Hay no pocas iniciativas que la sociedad civil puede tomar ahora mismo y que en muchos casos no implican costo económico alguno para aplicar desde ya la segunda velocidad a la lucha por la integración racial. La primera velocidad ya aporto todo lo que podía dar y hay que ajustar la visión al reto que las nuevas tecnologías y el drástico cambio en las relaciones de producción de un sistema post industrial plantean.

domingo, 10 de mayo de 2015

TONADA DE UN DOMINGO CUALQUIERA

Hay quienes cuentan de abriles no vividos y se sumergen en pantano no evitado; pululan entre paramos y terrenos baldíos con impudor y descaro no emulable.

Me describen y me dan mil sin razones; usan mi nombre para firmar con sus apodos. Me estrujan como a hoja marchitada y me avientan lejos, lejos pa' que no vuelva.

Se sientan a la mesa al primer gesto sin comprender que existe la etiqueta; que los cumbites también tienen ritual y que invitar a veces significa "vete". Vete de irse lejos, muy lejos, que la granja tiene dueño y mayorales.

Al carnaval de disfraces asisten con premura y sienten ya el calor de la llegada; no comprenden que el pacto es entre dos y que tres se convierte en demasiados; unos se conforman con sonar, otros con cenar furtivamente, otros con la consorte del color correcto y los más sólo desean relatarlo mañana.

Mientras mayor confusión mas ganan ellos: herederos de Judas y de tantos que en su momento el ósculo vendieron para esfumarse en cuanto dejaron de ser útiles

EL NOMBRE DEL PUEBLO


Articulo de Ileana De La Guardia y mi respuesta debajo; junto con el articulo hay un video realizado por alguien que habla frances con pesante acento argentino; sera su esposo el senor Masetti?

“Cuba, un cambio sin venganza” por Ileana de La Guardia


En la madrugada del 13 de julio de 1989, el general Arnaldo Ochoa, su ayudante el capitán Jorge Martínez, mi padre el coronel Antonio de la Guardia y su subordinado el mayor Amado Padrón fueron abatidos por las balas de un pelotón de fusilamiento cerca de la playa de Baracoa, al oeste de La Habana.

Por no haber denunciado o injuriado a su hermano Antonio, mi tío el general Patricio de la Guardia fue condenado a 30 años de prisión. Así concluía la parodia del conocido proceso Ochoa-De la Guardia, en el que, acusados de corrupción y tráfico de drogas, fueron llevados ante los tribunales un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior. Sus "abogados defensores" fueron impuestos por el propio Estado cubano y todos eran oficiales de la Seguridad del Estado. Ninguna prueba material pudo ser mostrada contra los inculpados. En tan sólo un mes -pues mi padre fue detenido el 13 de junio del mismo año- se desarrolló la investigación, el proceso judicial y el cumplimiento de las sentencias.

Dos versiones pueden adelantarse para explicar tanta urgencia. Una : los servicios norteamericanos de lucha contra el tráfico de drogas estaban al tanto de supuestas operaciones de narcotráfico lanzadas desde La Habana, y Fidel Castro, para limpiar su imagen, utilizó a estos oficiales como chivos expiatorios. Otra, la más creíble : estos oficiales cansados de guerrear en distintas latitudes -algunos de ellos acababan de regresar de la guerra de Angola-, bajo la influencia de los aires de perestroika que soplaban desde la Unión Soviética y, sobre todo, ante la permanente crisis de la situación cubana y la ausencia de las libertades más elementales, comenzaron a criticar (esto me consta) en sus círculos más allegados a la dirección del país. Teniendo en cuenta su nivel de responsabilidad militar y temiendo que sus comentarios pudieran llegar a convertirse en una corriente de opinión en el seno de las Fuerzas Armadas, Fidel y Raúl Castro decidieron sacrificarlos.

En todo caso, espero que algún día la historia y una verdadera justicia aclaren lo sucedido. Ahora hay que decir que el proceso Ochoa-De la Guardia fue un episodio más de esta siniestra farsa en la que los cubanos somos víctimas y actores desde hace 49 largos años.

Hoy nuestra responsabilidad está en el futuro. Hoy y mañana pedir venganza sólo puede generar más violencia. Fue pidiendo venganza como comenzó el drama en 1959. ¿O es que acaso se puede olvidar, aunque yo aún no había nacido, a un pueblo fanatizado pidiendo "paredón" para los victimarios del régimen recién derrocado del dictador Batista ? No, ni a esa ni a esta Cuba podemos volver ni en sus formas ni en sus métodos.

Hace cerca de un mes, la escritora cubana Zoé Valdés mostraba en su blog el testimonio del suplicio del escritor René Ariza, injustamente encarcelado en Cuba, a partir de 1971, durante ocho años y que murió en el exilio en 1994. El testimonio es conmovedor, pero lo preocupante son las conclusiones de la escritora. Valdés afirma que "todos los militares (cubanos) sin excepción deberían pedir perdón, a coro, en la plaza de la Revolución, y sus hijos deberán callarse para siempre". Aparte de este concepto escalofriante de "justicia" maoísta que la escritora reivindica, en la que unas personas son obligadas a pedir perdón en la plaza pública, asombra el que se permita también exigirnos a los hijos de los militares que callemos para siempre. Yo, por supuesto, no pienso hacerlo.

Parece que la escritora cubana tiene una insaciable necesidad de darse un lustre de anticastrista visceral de toda la vida, luego de haber sido diplomática cubana en París durante los años 80 y alta funcionaria del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC). Recientemente publicó en España un ensayo titulado La ficción Fidel en el que, además de comenzar con un "yo acuso" e incluir numerosas exageraciones, falsificaciones y errores históricos, pretende enlodar la memoria de mi padre, que fue fusilado, y de mi tío, condenado a 30 años de reclusión. Por cierto, menciona a este último dos veces como si también hubiera sido ejecutado.

Zoé Valdés, que en su libro llega a caracterizar a los cubanos como "corderos", es emblemática de un sector minoritario de la oposición cubana que, en mi opinión, compromete el futuro de mi país con este tipo de planteamientos. La mayoría de los cubanos, en efecto, simplemente quiere construir un futuro donde todos podamos hablar. Donde los que se fueron antes, los que nos fuimos después y los que se quedaron, todos juntos propongamos una Cuba mejor.

Pienso que el discurso de la venganza, de los ajustes de cuentas y de las falsedades históricas sólo sirve para alimentar a los que desde el poder en La Habana se esfuerzan en frenar la dinámica de cambio que se ha instalado en los cubanos.

Hace ya dos años que Fidel Castro abandonó el poder. Su hermano, el actual presidente Raúl Castro, anunció cambios de concepto y estructurales para enfrentar la aguda crisis económica, política y social que vive Cuba. Por el momento se han visto pocos resultados. Sin negar que la firma por Cuba del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y también el de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas tiene su importancia, así como la tienen algunas de las tibias medidas que ya permiten a los cubanos entrar en los hoteles, comprar un DVD o contratar una línea de telefonía celular. Por lo demás, una necesaria valorización de los salarios también está en curso. ¿Suficiente ? Por supuesto que no, pero la existencia de una dinámica de cambio es innegable. No obstante, no puede olvidarse que la liberación de más de 300 prisioneros por delito de opinión es un reclamo urgente.

Sería doloroso que, una vez más, las promesas sean incumplidas y los cubanos pierdan la esperanza. De momento, creo, todos los pasos que se den en el sentido del diálogo político, como lo acaba de hacer la Unión Europea, son positivos, pues alimentan esa dinámica de cambio. Y ojalá la próxima Administración estadounidense siga esa misma senda. Y sobre todo, que los dirigentes cubanos sean, por fin, sensibles a los deseos de su pueblo.

Desde hace 18 años vivo en el exilio y mi dolor sigue intacto, pero me esfuerzo por llevarlo con nobleza y dignidad, como tantas otras víctimas. Por eso quiero que en mi país el odio y la intolerancia sean, por fin, solo parte del pasado.

Tribune parue dans El País, le 19 juillet 2008.

À voir : le blog de Yoani Sánchez depuis Cuba, Generación Y, Prix Ortega y Gasset 2008 du journalisme Web.

EL NOMBRE DEL PUEBLO: Mi respuesta

A pesar de mi enclenque francés logre comprender que el artículo presuntamente escrito por Ileana de la Guardia se titula "El Nombre de Mi Padre"; sea claro que la libertad amasada en esta sociedad en que vivimos no exige, al menos hasta ahora, que los seres humanos pasemos por encima del amor filial y denunciemos con condenas histéricas y stalinianas a padres, cónyuges, o pariente de algún tipo. Más allá de la gravedad de los delitos reconocemos el derecho inalienable al amor y el respeto que se debe observar para con los que han sufrido la pérdida de algún miembro de su familia por encima de razones jurídicas y morales. Quizás por eso me abstuve de abordar el tema de Ochoa- La Guardia y su significación moral y legal.

El escrito esta acompañado de una foto en la que la señora De La Guardia muestra sorprendente semejanza con la actriz Eslinda Núñez en su rostro así como un encomiable espíritu conciliatorio en alguien a quien le fusilaron al padre y le encarcelaron al tío por varios años. Hasta aquí todo entra en sus prerrogativas personales, pero leyendo con atención pareciera vislumbrarse el intento de proponernos a su asesinado padre como un boy scout o un fiel burócrata que sólo cumplió con su deber y fue devorado por la maquinaria que contribuyo a implantar en su isla natal. Nada más lejos de la realidad. Los hermanos De La Guardia, tras la sonriente expresión de amistad y su trato campechano (para con algunos) guardaban el reflejo homicida que poseen todos los instrumentos del poder en cualquier sitio del mundo. Más allá de las leyendas creadas por  amigos y enemigos es innegable que eran parte del brazo ejecutor de las andanzas del régimen dentro y fuera del territorio nacional y si bien el fusilamiento de uno y la prisión del otro fueron administrados de modo sumario, arbitrario y sin las menores garantías procesales sus casos son un ejemplo más de que a quien hierro mata a hierro muere; para ser más claros: estos dos señores son ulterior evidencia de la brutalidad del clan Castro, pero nadie puede negar que fueron sicarios al servicio del régimen que luego no vacilo en sacrificarlos.

En otro segmento del artículo Ileana arremete no sin una pizca de razón, contra Zoe Valdés calificándola de extremista que se hace pasar por opositora de la primera hora cuando en realidad durante años fue parte del sistema que hoy crítica. Personalmente disfruto con fruición la obra de Zoe y envidio su capacidad de imprimir lirismo y belleza a lo grotesco, me seduce su eterno coqueteo con la vulgaridad y como nos deja la miel del erotismo en los labios, a menudo coincido con sus incisivos criterios, pero no le falta razón a Ileana; todos los que alguna vez viajamos en el vagón del régimen debemos observar una cierta ponderación y un justo equilibrio sin pretender que el momento en que nos "viramos" era el adecuado y que no tenemos parte de la gran culpa colectiva que nos persigue.

La hija de Tony se muestra optimista ante los cambios cosméticos del general presidente y no niego su derecho a pensar como le parezca, me gustaría sólo recordarle que la bala cegadora que astilló la médula espinal de su padre llevaba el nombre del mas pequeño de los Castro.

Finalmente nos habla de perdón: cae en el mismo error que le achaca a Zoe: se declara unilateralmente poseedora del perdón entre cubanos y se permite impartir lecciones de civismo. Parece escapar al análisis de Ileana que en la vida TODO esta regido por un derecho de antigüedad, de piso y de autenticidad. El perdón tampoco en este caso es una mercancía que se puede adquirir o que va regalada a todo aquel que pierde un ser amado. El perdón en el caso de Cuba es en última instancia prerrogativa de la madre de Boitel, de las esposas y familiares de los millares de presos de conciencia que marchitaron en mazamorras cuando nadie escuchaba. La hija de un matón que disfruto de todos los privilegios que su padre significaba no tiene derecho a administrar perdón alguno. No posee la fuerza moral para ello, le sugeriría a Ileana buscar su puesto adecuado en la interminable fila de las víctimas porque su sito se encuentra al final, muy cercano al mío, y no al principio como parece creer. Antes de ella están los espacios de los hijos de aquellos padres cubanos y extranjeros que directa o indirectamente fueron ultimados por los gemelos traviesos del régimen. 

viernes, 1 de mayo de 2015

REHENES

Me  traen de los cabellos a mi ex mejor amigo; mi confidente de batallas imaginarias y conquistas pírricas; el testigo de mis romances inventados y reales, el oído paciente y la mano firme

El se arrastra como puede entre el flagelo del desgaste físico y la certeza del agotamiento de esa moral que nos faltaba ya entonces a ambos y que yo fingí rescatar poniendo mar de por medio. Este es el espectro que me desempolvan cada vez que el tirano decide jugar con mis sentimientos, forzar lágrimas ocultas y desnudarme ante el mundo: ese ser frágil y casi extinto que se me pone delante y me tiende sus brazos repletos de varices y manchas mientras me jura una vez más que nunca me olvido, que estoy siempre en sus pensamientos y rezos a pesar de que en todos estos años jamás se preocupo por saber de mi y en nuestra juventud me embriagaba con su virulento ateísmo. Luego comprendo que creyó sólo en un Dios, la falsa deidad del ridículo y falacico Olimpo de cartón en que yo alguna vez también crei y entones siento pena por ambos y casi le acepto el abrazo pero mi mente continúa volando y me lleva a sus ausencias y su repentino alejarse sin decir adiós; a sus comentarios furtivos dejados caer oportunamente ante el personero adecuado, la toma de distancia, la sonrisa forzada y el mohín de fastidio adivinado tras su gélido saludo.

Me empujan de este lado y del otro al abrazo reconciliador, a mostrar mi superioridad humana, me sugieren, me piden, casi me exigen sopena de llamarme "cheo" y extremista, que ponga la amistad por encima de todo, que abandone mi minúscula y minoritaria posición de troglodita, de viejo facistoide que los tiempos cambian cono y de nuevo esta mente mía que me tortura y me pregunta porque sólo yo debo poner la amistad por encima de todo; por que los de allá primero se cuidan y luego aman, porque saltan hábilmente sobre ciertos temas con evidente expresión de ciervo exasperado. Es en ese momento, en ese preciso momento que mis brazos caen a ambos lados de mi cuerpo, que observo su piel empercudida y cetrina y me digo que nada podrá ser como entonces, que no habrá confidencias ni romances, que una vez más nos han tomado el pelo y quien no se plegue pagara caro el gesto.

De cuando en cuando desentierran los cadáveres con órdenes de exhumación falsas y no pocos abrazan esqueletos fríos, occisos desconocidos con historias apócrifas; lo cierto es que con tal de perpetuarse en sus asientos los dueños de la finca están dispuestos a clavar sus unas en la tierra estéril. Luego todo vuelve a la normalidad y cada personaje continúa recitando su diálogo aprendido de prisa para no irse antes de tiempo.