domingo, 10 de mayo de 2015

EL NOMBRE DEL PUEBLO


Articulo de Ileana De La Guardia y mi respuesta debajo; junto con el articulo hay un video realizado por alguien que habla frances con pesante acento argentino; sera su esposo el senor Masetti?

“Cuba, un cambio sin venganza” por Ileana de La Guardia


En la madrugada del 13 de julio de 1989, el general Arnaldo Ochoa, su ayudante el capitán Jorge Martínez, mi padre el coronel Antonio de la Guardia y su subordinado el mayor Amado Padrón fueron abatidos por las balas de un pelotón de fusilamiento cerca de la playa de Baracoa, al oeste de La Habana.

Por no haber denunciado o injuriado a su hermano Antonio, mi tío el general Patricio de la Guardia fue condenado a 30 años de prisión. Así concluía la parodia del conocido proceso Ochoa-De la Guardia, en el que, acusados de corrupción y tráfico de drogas, fueron llevados ante los tribunales un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior. Sus "abogados defensores" fueron impuestos por el propio Estado cubano y todos eran oficiales de la Seguridad del Estado. Ninguna prueba material pudo ser mostrada contra los inculpados. En tan sólo un mes -pues mi padre fue detenido el 13 de junio del mismo año- se desarrolló la investigación, el proceso judicial y el cumplimiento de las sentencias.

Dos versiones pueden adelantarse para explicar tanta urgencia. Una : los servicios norteamericanos de lucha contra el tráfico de drogas estaban al tanto de supuestas operaciones de narcotráfico lanzadas desde La Habana, y Fidel Castro, para limpiar su imagen, utilizó a estos oficiales como chivos expiatorios. Otra, la más creíble : estos oficiales cansados de guerrear en distintas latitudes -algunos de ellos acababan de regresar de la guerra de Angola-, bajo la influencia de los aires de perestroika que soplaban desde la Unión Soviética y, sobre todo, ante la permanente crisis de la situación cubana y la ausencia de las libertades más elementales, comenzaron a criticar (esto me consta) en sus círculos más allegados a la dirección del país. Teniendo en cuenta su nivel de responsabilidad militar y temiendo que sus comentarios pudieran llegar a convertirse en una corriente de opinión en el seno de las Fuerzas Armadas, Fidel y Raúl Castro decidieron sacrificarlos.

En todo caso, espero que algún día la historia y una verdadera justicia aclaren lo sucedido. Ahora hay que decir que el proceso Ochoa-De la Guardia fue un episodio más de esta siniestra farsa en la que los cubanos somos víctimas y actores desde hace 49 largos años.

Hoy nuestra responsabilidad está en el futuro. Hoy y mañana pedir venganza sólo puede generar más violencia. Fue pidiendo venganza como comenzó el drama en 1959. ¿O es que acaso se puede olvidar, aunque yo aún no había nacido, a un pueblo fanatizado pidiendo "paredón" para los victimarios del régimen recién derrocado del dictador Batista ? No, ni a esa ni a esta Cuba podemos volver ni en sus formas ni en sus métodos.

Hace cerca de un mes, la escritora cubana Zoé Valdés mostraba en su blog el testimonio del suplicio del escritor René Ariza, injustamente encarcelado en Cuba, a partir de 1971, durante ocho años y que murió en el exilio en 1994. El testimonio es conmovedor, pero lo preocupante son las conclusiones de la escritora. Valdés afirma que "todos los militares (cubanos) sin excepción deberían pedir perdón, a coro, en la plaza de la Revolución, y sus hijos deberán callarse para siempre". Aparte de este concepto escalofriante de "justicia" maoísta que la escritora reivindica, en la que unas personas son obligadas a pedir perdón en la plaza pública, asombra el que se permita también exigirnos a los hijos de los militares que callemos para siempre. Yo, por supuesto, no pienso hacerlo.

Parece que la escritora cubana tiene una insaciable necesidad de darse un lustre de anticastrista visceral de toda la vida, luego de haber sido diplomática cubana en París durante los años 80 y alta funcionaria del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC). Recientemente publicó en España un ensayo titulado La ficción Fidel en el que, además de comenzar con un "yo acuso" e incluir numerosas exageraciones, falsificaciones y errores históricos, pretende enlodar la memoria de mi padre, que fue fusilado, y de mi tío, condenado a 30 años de reclusión. Por cierto, menciona a este último dos veces como si también hubiera sido ejecutado.

Zoé Valdés, que en su libro llega a caracterizar a los cubanos como "corderos", es emblemática de un sector minoritario de la oposición cubana que, en mi opinión, compromete el futuro de mi país con este tipo de planteamientos. La mayoría de los cubanos, en efecto, simplemente quiere construir un futuro donde todos podamos hablar. Donde los que se fueron antes, los que nos fuimos después y los que se quedaron, todos juntos propongamos una Cuba mejor.

Pienso que el discurso de la venganza, de los ajustes de cuentas y de las falsedades históricas sólo sirve para alimentar a los que desde el poder en La Habana se esfuerzan en frenar la dinámica de cambio que se ha instalado en los cubanos.

Hace ya dos años que Fidel Castro abandonó el poder. Su hermano, el actual presidente Raúl Castro, anunció cambios de concepto y estructurales para enfrentar la aguda crisis económica, política y social que vive Cuba. Por el momento se han visto pocos resultados. Sin negar que la firma por Cuba del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y también el de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas tiene su importancia, así como la tienen algunas de las tibias medidas que ya permiten a los cubanos entrar en los hoteles, comprar un DVD o contratar una línea de telefonía celular. Por lo demás, una necesaria valorización de los salarios también está en curso. ¿Suficiente ? Por supuesto que no, pero la existencia de una dinámica de cambio es innegable. No obstante, no puede olvidarse que la liberación de más de 300 prisioneros por delito de opinión es un reclamo urgente.

Sería doloroso que, una vez más, las promesas sean incumplidas y los cubanos pierdan la esperanza. De momento, creo, todos los pasos que se den en el sentido del diálogo político, como lo acaba de hacer la Unión Europea, son positivos, pues alimentan esa dinámica de cambio. Y ojalá la próxima Administración estadounidense siga esa misma senda. Y sobre todo, que los dirigentes cubanos sean, por fin, sensibles a los deseos de su pueblo.

Desde hace 18 años vivo en el exilio y mi dolor sigue intacto, pero me esfuerzo por llevarlo con nobleza y dignidad, como tantas otras víctimas. Por eso quiero que en mi país el odio y la intolerancia sean, por fin, solo parte del pasado.

Tribune parue dans El País, le 19 juillet 2008.

À voir : le blog de Yoani Sánchez depuis Cuba, Generación Y, Prix Ortega y Gasset 2008 du journalisme Web.

EL NOMBRE DEL PUEBLO: Mi respuesta

A pesar de mi enclenque francés logre comprender que el artículo presuntamente escrito por Ileana de la Guardia se titula "El Nombre de Mi Padre"; sea claro que la libertad amasada en esta sociedad en que vivimos no exige, al menos hasta ahora, que los seres humanos pasemos por encima del amor filial y denunciemos con condenas histéricas y stalinianas a padres, cónyuges, o pariente de algún tipo. Más allá de la gravedad de los delitos reconocemos el derecho inalienable al amor y el respeto que se debe observar para con los que han sufrido la pérdida de algún miembro de su familia por encima de razones jurídicas y morales. Quizás por eso me abstuve de abordar el tema de Ochoa- La Guardia y su significación moral y legal.

El escrito esta acompañado de una foto en la que la señora De La Guardia muestra sorprendente semejanza con la actriz Eslinda Núñez en su rostro así como un encomiable espíritu conciliatorio en alguien a quien le fusilaron al padre y le encarcelaron al tío por varios años. Hasta aquí todo entra en sus prerrogativas personales, pero leyendo con atención pareciera vislumbrarse el intento de proponernos a su asesinado padre como un boy scout o un fiel burócrata que sólo cumplió con su deber y fue devorado por la maquinaria que contribuyo a implantar en su isla natal. Nada más lejos de la realidad. Los hermanos De La Guardia, tras la sonriente expresión de amistad y su trato campechano (para con algunos) guardaban el reflejo homicida que poseen todos los instrumentos del poder en cualquier sitio del mundo. Más allá de las leyendas creadas por  amigos y enemigos es innegable que eran parte del brazo ejecutor de las andanzas del régimen dentro y fuera del territorio nacional y si bien el fusilamiento de uno y la prisión del otro fueron administrados de modo sumario, arbitrario y sin las menores garantías procesales sus casos son un ejemplo más de que a quien hierro mata a hierro muere; para ser más claros: estos dos señores son ulterior evidencia de la brutalidad del clan Castro, pero nadie puede negar que fueron sicarios al servicio del régimen que luego no vacilo en sacrificarlos.

En otro segmento del artículo Ileana arremete no sin una pizca de razón, contra Zoe Valdés calificándola de extremista que se hace pasar por opositora de la primera hora cuando en realidad durante años fue parte del sistema que hoy crítica. Personalmente disfruto con fruición la obra de Zoe y envidio su capacidad de imprimir lirismo y belleza a lo grotesco, me seduce su eterno coqueteo con la vulgaridad y como nos deja la miel del erotismo en los labios, a menudo coincido con sus incisivos criterios, pero no le falta razón a Ileana; todos los que alguna vez viajamos en el vagón del régimen debemos observar una cierta ponderación y un justo equilibrio sin pretender que el momento en que nos "viramos" era el adecuado y que no tenemos parte de la gran culpa colectiva que nos persigue.

La hija de Tony se muestra optimista ante los cambios cosméticos del general presidente y no niego su derecho a pensar como le parezca, me gustaría sólo recordarle que la bala cegadora que astilló la médula espinal de su padre llevaba el nombre del mas pequeño de los Castro.

Finalmente nos habla de perdón: cae en el mismo error que le achaca a Zoe: se declara unilateralmente poseedora del perdón entre cubanos y se permite impartir lecciones de civismo. Parece escapar al análisis de Ileana que en la vida TODO esta regido por un derecho de antigüedad, de piso y de autenticidad. El perdón tampoco en este caso es una mercancía que se puede adquirir o que va regalada a todo aquel que pierde un ser amado. El perdón en el caso de Cuba es en última instancia prerrogativa de la madre de Boitel, de las esposas y familiares de los millares de presos de conciencia que marchitaron en mazamorras cuando nadie escuchaba. La hija de un matón que disfruto de todos los privilegios que su padre significaba no tiene derecho a administrar perdón alguno. No posee la fuerza moral para ello, le sugeriría a Ileana buscar su puesto adecuado en la interminable fila de las víctimas porque su sito se encuentra al final, muy cercano al mío, y no al principio como parece creer. Antes de ella están los espacios de los hijos de aquellos padres cubanos y extranjeros que directa o indirectamente fueron ultimados por los gemelos traviesos del régimen. 

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