domingo, 10 de mayo de 2015

TONADA DE UN DOMINGO CUALQUIERA

Hay quienes cuentan de abriles no vividos y se sumergen en pantano no evitado; pululan entre paramos y terrenos baldíos con impudor y descaro no emulable.

Me describen y me dan mil sin razones; usan mi nombre para firmar con sus apodos. Me estrujan como a hoja marchitada y me avientan lejos, lejos pa' que no vuelva.

Se sientan a la mesa al primer gesto sin comprender que existe la etiqueta; que los cumbites también tienen ritual y que invitar a veces significa "vete". Vete de irse lejos, muy lejos, que la granja tiene dueño y mayorales.

Al carnaval de disfraces asisten con premura y sienten ya el calor de la llegada; no comprenden que el pacto es entre dos y que tres se convierte en demasiados; unos se conforman con sonar, otros con cenar furtivamente, otros con la consorte del color correcto y los más sólo desean relatarlo mañana.

Mientras mayor confusión mas ganan ellos: herederos de Judas y de tantos que en su momento el ósculo vendieron para esfumarse en cuanto dejaron de ser útiles

1 comentario:

  1. Si invitarme tú decides, yo vendría con calor y respeto a tu cumbite. Más si tu mirada fría y el despojo yo recibo, con gesto contrariado yo me iría, agradeciendo invitarme a tu convite, con máscara y disfraz me marcharía. (...) La próxima vez no asistiría, y ni respuesta mía recibirías, pues por pudor y respeto a tu osadía, un monte de distancia dejaría.(...) Más, si tu abrazo y sonrisa yo recibo en tu convite, mi confianza y mi apego te daría, y la próxima cena en tu cumbite, con pleno amor te pagaría, sin máscara y antifaz yo asistiría. Tu cumbite y mi convite quedarían en fiestas y sonrisas por doquiera, con abrazos de arcoiris, primaveras, con calor de verano donde sea. Mi consorte a mi brazo yo tendría, a danzar y bailar en primaveras, en tu cumbite sin disfraz ni lentejuelas. (Tu amigo, Horacio)

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