La conversación tiene que ser integral y poner todo sobre la mesa. Enfocar el fenómeno desde el angulo del prejuicio policial hacia un determinado grupo etnico sin discutir las demás variables de tan complicada ecuación es no sólo errado sino tendencioso y mal intencionado; me propongo aquí elencar algunos de los temas que deberíamos debatir con la seguridad de que se me pueden quedar otros en el tintero pero dando al lector una visión más amplia que el manido, anciano y explotado tema del racismo, o quizás (quien sabe) me propongo denunciar que lo que llamamos racismo es un pulpo con miles de tentáculos de los cuales convenientemente queremos ver solo uno mientras los otros nos asfixian poco a poco.
1- No creo posible negar que ante la presencia de un ciudadano negro la policia es más propensa a usar la violencia; pero habría que añadir con honestidad que esto es válido para policías de TODAS las razas.
2- Uno de los elementos que contribuyen al prejuicio en algunos elementos de las fuerzas del orden es el innegable hecho de que los ciudadanos negros son varias veces más proclives a resistirse al arresto que los de otros grupos etnicos; sería imperativo determinar dentro de esta cifra cuantos se resisten a causa de un genuino temor y cuántos lo hacen influenciados por la predominante y densa narrativa alimentada por parte de los medios y esa izquierda manipuladora que se empeña en mantener a las minorías como pozo exclusivo de votos y simpatías.
3- Estados Unidos no es hoy lo que era ayer ni lo que será mañana; las fuerzas del orden a todos los niveles e instancias deben actualizar su preparación teniendo en cuenta no sólo la parte física sino incluir nociones de sociología, historia, sicologia y cuanta ciencia se haga necesaria. Debemos respetar a quienes pagamos para protegernos, pero ellos deben ganarse la profusa paga que le suministramos y es innegable que no parecen contar con la sangre fría y el aplomo que se necesitan actualmente.
4- Ante cada hecho desde el presidente hasta muchos americanos medios, pasando por no pocos políticos, ponen el grito en el cielo y se desgarran las vestiduras pero cuando lo acaecido deja de generar rating televisivo y primera plana en los diarios se desmonta el circo y la zorra rica al portal y la pobre al corral. Nunca hemos sabido nada sobre Sabryna Fulton ni el presidente la ha invitado a beber al menos una coca cola; el interes está en explotar la noticia y no en evitar que se produzca.
5- Según algunas estadísticas que circulan por ahí; el 30% de los afroamericanos muertos violentamente son causados por confrontaciones con las fuerzas del orden mientras el 70% restante son producto de la violencia entre ellos mismos (Black On Black) siendo algunos barrios de Chicago, la cuidad cuyo alcalde es Rahm Emanuel, amigo personal de Obama y que por años ha alojado a la familia del mandatario un ilustrativo ejemplo; nada se menciona sobre este tema y mucho menos se toman las medidas para mitigar su letal efecto. Sea claro, un solo ser humano, de cualquier color, ultimado por violencia injustificada es inaceptable.
6- A la hora de las elecciones vemos las vías de las ciudades tapizadas con fotografías sonrientes, muchos de esos rostros son negros; han estado en puestos de cierta relevancia por años y años; si estamos tan mal en América y existe esa vergonzosa división de razas en la que los más oscuros llevan la peor parte, no son ellos también culpables? Es que los lideres, políticos y funcionarios son parte del problema solo si su piel es blanca?. Además de gritar y aparecer en las pantallas en momentos de crisis que hacen cada día los que se supone que dediquen sus vidas al mejoramiento de los que peor la pasan?
La realidad es que por encima de grupos etnicos y de tonalidades epidermicas la enorme mayoría de los que elegimos recuerdan que existimos solo para pedir desenfadadamente nuestro voto, les importa un bledo como vivimos, que nos aqueja y mucho menos desean que los problemas realmente se resuelvan. Si un día Dios hiciera el milagro y los seres humanos nos despertásemos entrelazados y unidos en un abrazo fraternal; de que vivirían los mercantes de la queja, la protesta y el odio, a quien azuzarían para que astillasen vitrinas y quemasen inmuebles?. El pueblo en general, el americano que suda la camisa cualquiera que sea su raza debe sacudirse el yugo del eterno y tenaz chantaje de la politiquería, el activismo barato y servil y el odio irracional a enemigos inventados. Tenemos y debemos enfrentar a un único enemigo: el charlatan que una y otra vez pisotea nuestros sueños y anhelos, el mediocre embustero que teje historias con la podrida madeja de la calumnia y la tergiversación. No nos queda más que recuperar el control de nuestro propio destino y dejar de hacer este sórdido outsourcing con nuestras vidas que nos sume cada vez más en la penumbra del fantasmagórico mundo de la desunión, la envidia y el odio injustificado a nuestro hermano.
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