domingo, 25 de septiembre de 2016

DESDEN HACIA LA MAYORÍA





Tarde o temprano los seres humanos denotamos de dónde venimos y hacia dónde vamos; de poco valen los disfraces y las frases huecas; respondemos a los patrones que tenemos preconcebidos y actuamos en última instancia como las circunstancias nos han acostumbrado a hacerlo. Tal es el caso de ambos ex presidentes Bush, Carlos Gutiérrez y el grupo de la élite republicana que ahora se aparecen conque son demasiado pulcros y patriotas para votar por el candidato que la enorme mayoría de los miembros de su partido escogió más allá de cualquier duda. Estos señores con el mayor desenfado y como si hubiesen llegado esta mañana del planeta Marte nos regalan un despectivo mohín como señal de asco al candidato que EL POPULACHO escogió.

Los lectores conocen mis enormes reservas hacia Trump, no tanto por lo que dice sino por cómo, dónde y cuándo lo dice; en reiteradas ocasiones he expresado mi disgusto creciente hacia la clase política en general por haber permitido que hoy nos encontremos ante esta anémica, impresentable e inquietante alternativa de tener que decidir entre Donald Trump y Hillary Clinton. Todos somos culpables de no habernos percatado oportunamente de lo que podía suceder, pero los más culpables; los que debían retirarse para siempre de la vida política son entre otros esos mismos señorones que pasaron el periodo pre electoral contando dinero, jugando golf o especulando en la bolsa sin prestar la menor atención al creciente malestar que se había incubado en la raíz misma del americano medio. No realizaron su trabajo con eficiencia y perdieron la ocasión de persuadir a Trump a que se dedicase a otros menesteres y que abandonase la aventura de aspirar a la presidencia. Todos estamos lo suficientemente creciditos para saber que existen decenas de modos para hacer cambiar de idea a una persona y los que forman parte del grupo de poder de un partido cuentan con amplias prerrogativas de persuasión. Si es cierto que la victoria del magnate de Brooklyn tomó por sorpresa al establishment republicano, cosa que a veces dudo, estos señores deberían sentir repugnancia hacia ellos mismos en lugar de utilizar al candidato como chivo expiatorio; subestimar el efecto del histrionico personaje sobre las masas es innegablemente producto del divorcio que existe entre la nomenclatura y la base; que saben estos pejes de salario mínimo? De tener dos empleos para ganar la mitad de que se ganaba antes? De mandar resumes infructuosamente a cientos de empresas para recibir el silencio como respuesta?. Es más fácil empréndela contra Trump que reconocer la responsabilidad que ellos tienen por el desastre a gran escala en que nos encontramos hoy; son republicanos mientras les convenga pero poco les importa el motivo de este "inesperado" éxito del Berlusconi americano.

Yo comprendo a un republicano que ante la decisión de la base decida cambiar partido o quedarse como independiente y votar contra los que hasta ayer fueron sus correligionarios; esto es lícito y lógico sea en un partido como en el otro, pero desconocer la voluntad de la enorme mayoría solo porque durante las primarias Trump barrio el piso con el tercer Bush me resulta en extremo arrogante y hasta infantil. Flor amarilla, flor colorada, si tienes vergüenza no me hables más. Espero que la membresia del GOP comprenda quienes son los responsables de lo que hoy afecta al Partido de Lincoln; quien mostró abulia y chapuceria en lugar de sagacidad y quien pisotea la voluntad del republicano de fila con consideraciones tiradas de los pelos e hipócritas escrúpulos. Si no se sacuden el andamiaje carcomido y anciano que les frena podremos decir adiós para siempre a lo que queda de republicano y dar la bienvenida a este manojo de "solteronas" enajenadas que parece haber secuestrado la otrora augusta agrupación política. 

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