domingo, 6 de septiembre de 2020
martes, 7 de julio de 2020
A VECES GANANDO SE PIERDE.
Hace sólo días la Corte Suprema de los Estados Unidos decidió por cinco votos contra cuatro que la orden presidencial de Trump para terminar lo que se conoce como DACA (Acción Diferida para los que llegaron de Niños) (Deferred Action for Childhood Arrivals) adolecía de vicios de método y por tanto no era legal. A derecha algunos se sienten traicionados por el Juez Roberts, quien preside la Corte y fue colocado ahí por Bush hijo por lo que se suponía que adoptaría posturas afines a esa persuasión; a izquierda se celebra escandalosamente lo que ellos interpretan como una derrota del actual presidente; pero veamos cómo surge este DACA y entendamos quién gana y quién pierde.
La reforma migratoria es una necesidad orgánica de este país. Reinan el caos y los criterios obsoletos y es más efectivo delinquir y entrar ilegalmente a territorio americano que cumplir con las regulaciones vigentes.
Para complicar aún más las cosas existe un plan de lo que llamo la Cuarta Internacional mediante el cual se persigue alterar el equilibrio etnico de la inmigración. A partir de la innegable realidad de que somos un país de inmigrantes los compañeros de viaje se deslizan hacia la politica de abrir indiscriminadamente la frontera sur mientras por otras vías; en especial la legal, llegar aquí se hace poco menos que imposible. Es cierto que somos un país hecho de individuos que en su abrumadora mayoría hemos venidos de otros sitios; pero de TODOS los sitios y no de una única región. Para que se mantenga el equilibrio mágico que creó esta experiencia irrepetible urge mantener cuotas de entrada según las regiones y los países. En palabras más claras: colmar el país de Martínez y Pérez a despecho de apellidos más complicados y guturales nos conduciría a convertir en cortos años los Estados Unidos en una nación más de esa America Latina de la cual millones de nosotros huimos despavoridos. Valores como la Segunda Enmienda y la libertad de expresión se convertirían en accesorios opcionales en lugar de ser parte de la esencia de la nación.
Para colmo de males hay unos 800,000 seres humanos que fueron traídos de pequeños por sus padres en modo ilegal y cuya única realidad es esta. Todo esto pudo haber sido resuelto hace años y ninguno de los dos partidos ha dado los pasos necesarios. La administración de Obama, percibida mundialmente como “amiga” de los inmigrantes, tuvo los votos necesarios para aprobar la reforma y no lo hizo. El ex presidente prefirió crear este entuerto conocido como DACA que si bien da un respiro a los jóvenes; y ya no tan jóvenes, antes mencionados, no es la solución ni mucho menos y les mantiene en un eterno mientras tanto. Cabría preguntarse qué es más vergonzoso; la indiferencia republicana o la manipulación demócrata que juega desdeñosamente con los sentimientos de estas personas con fines exclusivamente electorales. Si la Corte Suprema hubiese dado razón a Trump la presión popular pudiera haber forzado a los políticos de ambos partidos a llegar a un acuerdo vivible; con la presunta derrota de la administración los demócratas podrán continuar jugando con los beneficiarios del DACA como el gato con el ratón.
Tengamos presente que la decisión de la Corte no rechaza la legalidad de la medida de Trump; para nada; se apoya en tecnicismos tirados por los pelos y deja la puerta abierta para el Departamento de Justicia regrese sobre sus pasos y entre por otra puerta que conduzca a corredores más iluminados. Resulta incomprensible que un decreto presidencial (el firmado por Obama) no pueda ser borrado por otro (el firmado por Trump) pero dicen los expertos que donde termina la lógica empieza la ley. Para algunos es la estrategia de la izquierda para entorpecer el funcionamiento del gobierno sin violar la ley. Personalmente no considero que el Juez Roberts sea un topo; pero pudiera estar cediendo a la enorme presión que reina en este momento sobre todo aquello que no enarbole hoces y martillos, tejidos color escarlata; llame a la destrucción del sueño americano o dedique interminables páginas a la apología de todos los colores mejor el blanco.
De cualquier manera visto en modo aislado e ideal el sistema legal americano pudiera haberse anotado una victoria en opinión de muchos compatriotas; pues quedó demostrado que jueces de derecha se apegan más a la ley que a sus sesgos ideológicos. Los demócratas pueden también cantar victoria porque al menos en la apariencia la política de Trump ha sufrido cuanto menos un retraso a pocas semanas de las elecciones.
Una vez más considero que mis correligionarios yerran al rasgarse las vestiduras y protestar la decisión; como ya es habitual la derecha muestra su proverbial falta de olfato político. Si bien por una parte una de las promesas de campaña quedará incumplida la ocasión podía hacer sido óptima para subrayar cómo los jueces conservadores no hacen política y se atienen al pie de la letra a la interpretación legal. El vaso lleno en lugar de medio vacío. Especialmente cuando la administración sabe que en unos días saldrá a la luz el libro escrito por uno de sus ex colegas; el otrora consejero de seguridad nacional John Bolton, que no parece nutrir una gran simpatía por su antiguo jefe y lanza una serie de afirmaciones en extremo incendiarias. A pocas semanas de las elecciones no aprendemos a escoger nuestras batallas ni a priorizar nuestras escaramuzas.
Irónicamente hay un gran perdedor en todo esto; 800,000 seres humanos que continuarán en esta suerte de limbo legal dentro del cuál parecen tener derecho a todo y no tienen derecho a nada; en el que se vive del mientras y no se puede pensar en futuro; en el que despiertan cada mañana con el alma en vilo esperando lo mejor y temiendo lo peor.
viernes, 19 de junio de 2020
UNA GRAN E INDIGNA MENTIRA
Antes de que sus amos les ordenaran atacar Trump era su "aniguete"
Martin Luther King, como otros líderes negros antes, tuvo que enfrentar el fantasma del racismo. Más allá de lo edulcorado tanto John F Kennedy como Lyndon Johnson era mucho más racistas de lo que jamas podrá serlo Donald Trump. No obstante, King no cejó en su intento; negoció a veces amenazando y otras cediendo; pero permaneció dedicado al objetivo hasta su último aliento. Nunca pensó que tenía que sentir agrado por ninguno de los dos presidente demócrata antes mencionados, tenía una misión que era el mejoramiento de su comunidad. King tenía una única prioridad: garantizar que los afroamericanos alcanzaran un mejor nivel de vida y disfrutaran de los mismos derechos que la mayoría de sus compatriotas siempre tuvieron.
En camara rapida hacia adelante encontramos un individuo sumamente controversial en La Casa Blanca; alguien que ha dicho cosas que no me atrevo a repetir y con un vocabulario que en reiteradas ocasiones ha dejado mucho que desear y ante el cual he personalmente manifestado mi desacuerdo; pero como mismo ocurría con MLK a mi no tiene que gustar el presidente; de hecho, no me gustaba para nada Obama, pero si alguna vez me hubiese llamado hubiera asistido raudo a estrecharle la mano y negociar; aún en la certeza de que jamás habría escuchado mis quitas yo hubiera hecho todo lo posible por llegar a un acuerdo.
Más aún; en su discurso inaugural, en varias alocuciones incluyendo dos Estados de la Unión así como en ocasión de la firma de la anhelada acta First Step, el actual presidente ha llamado repetidamente a los líderes negros (cualquiera que esto pueda ser hoy en día) a sentarse a discutir. Se podría argumentar que sus invitaciones han sido dictadas por la demagogia; bueno, también lo fueron en los casos de Kennedy y Johnson; y si recordamos “el estaría sirviéndonos café” también lo fue en el caso de Clinton. Este artículo no persigue en ningún modo avalar el “daltonismo” racial de Trump. Sólo trata de describir el fracaso de la llamada dirigencia negra para concentrarse en su trabajo en lugar de servir como celosos peones de la racista y elitista dirigencia blanca del partido demócrata. Muy alto ladraron; salivaron espuma copiosamente mientras descuidaban su verdadera misión para convertirse en mastines del hombre blanco. Desperdiciaron tres años en un “impeachment” que no llego a nada abdicando en modo bochornoso a su deber sagrado.
La muerte de George Floyd se le ha achacado a muchos, incluyendo a la ex aspirante demócrata a la nominación por su partido Amy Klobuchar, quien pudo haber procesado en policía culpable en una ocasión y optó por no hacerlo; pero no está sola. La pusilánime disque dirigencia negra es también culpable.
martes, 9 de junio de 2020
A BIG FAT LIE
Before their masters cried "fetch"; Trump was their buddy.
Dr. King, like other black leaders, had to face the specter or racism. For all the edulcorating and softening both JFK and LBJ were far more racist than Donald Trump may ever be. But Dr. King did not waiver; he negotiated, sometimes he threatened, sometimes he yielded. But he remained engaged up to his last breath. He did not feel he had to like either of these two presidents, he just had a mission which was the betterment of his community. MLK had one priority: make sure African Americans reached a better standard of living and enjoyed the same rights that most Americans had always had.
Fast forward to the present we find a very controversial individual in the White House; he has said things that I would not dare to repeat; his choice of words in scores of occasions has left much to be desired and almost in every instance I have voiced my disagreement; but as in the case of MLK I don’t feel I have to like the president; in fact I did not like Obama; but I would have run to shake his hand and negotiate with him had he ever asked me to; slim as my hopes would have been of him heeding my grievances, I would have done everything in my power to reach a deal.
And yet; in his inaugural address, in several speeches, including two States of the Union, and when he signed the way overdue First Step Act, the incumbent has repeatedly called for the black leadership, whatever that may mean today, to sit down and talk. One may argue that his calls are dictated by demagoguery; well so were Kennedy’s and Johnson’s and if we think about “he would be serving us coffee” so were Clinton’s. This article is in no way, shape, or form vouching for Mr. Trump’s color blindness; it is about the failure of the so called black leaders to do their job instead of being zealous pawns of the white, racist, Democrat elite. Loud they barked; copiously they mouth foamed as they neglected their real mission in order to become the white man’s mastiff. They wasted three years in an impeachment that went nowhere in outrageous dereliction of their sacred duty.
Mr. George Floyd’s death has been conveniently blamed on so many, including former democratic candidate Amy Klobuchar who could have charged the perpetrator and chose not to; but she’s not alone. The abdicating black leadership, whatever that may mean these days, is also to blame.
viernes, 5 de junio de 2020
THEY COULD NOT AFFORD THIS.
Emotions and blindness must not prevent us from pulling the thread of events and see where it leads.
As so many experts have previously pointed out, this is the first time in decades that one injustice brings us all together; no matter what side of the political spectrum we were, we all felt outraged by that infamous video feed; Mr. Chauvin knee did not only press George Floyd’s neck. It heavily pressed all our necks, our hearts and our souls. Unanimity suddenly prevailed; we all condemned what we saw in unequivocal terms.
Peaceful protests erupted and we all felt sympathetic with the protesters; America was at the verge of unity and the Fourth Internationale could not afford a moment of stability and harmony that could seal the incumbent’s victory. But make no mistake; the Fourth Internationale is not after Trump. It is after us, after our way of life and after our freedom. The current president just happens to be in the middle due to a fateful juncture. Let’s us not for one minute succumb to the temptation of personalizing history. By fighting this multi tentacled creature we do not defend a man; we defend ourselves.
The swiftness with which peaceful demonstrations turned into riots and the viciousness with which professional domestic terrorists targeted private property and the livelihood of the community show desperation; they needed to put a wedge between black and white, between gay and straight, between the citizenry and the law enforcers. Civil and ordered outrage is not precarious enough for the Fourth to thaw. They need chaos and mayhem. Can you imagine for one minute our great nation having this so called conversation about race relations and everything unfair? That would have dealt a mortal blow to the far left. They constantly mention this “conversation” but they cannot afford for it to actually happen. The “conversation” must remain some sort of illusive chimera to stir emotions and shift to riot mode whenever they deem it necessary.
The Fourth’s operatives have quickly claimed that the violence was created by a mixture of groups including Nazis and white supremacists; I wouldn’t put any crime past these two organizations but I strongly suggest reading “The Caribbean Soviet”, authored by Cesar Reynel Aguilera, which describes how the communists infiltrated all the other organizations in Cuba; as they had previously done in Europe and as they do as we speak. The thread under this violence leads to one quarter: the Fourth Internationale.
As I was wrapping up this article I learnt that now we allegedly have evidence of the Cuban Junta and the Venezuela regime meddling in our affairs by quarterbacking and financing the riots. Conclusions are easy to draw here. Never forget that according to their own manifesto “liberation begins when America dies”
domingo, 31 de mayo de 2020
THE REAL PROBLEM.
Sufferings produce perseverance and perseverance brings about hope. Hope is able to bring about change and help us see the light. We will undoubtedly defeat adversity and move forward as we’ve always have. But it would be great to look at this from different angles; the main point being that we don’t have to agree with domestic terrorists to admit one or two truths.
Yes there’s Denzel; yes there were two big Michaels, yes there is LeBron, yes there are so many rich; famous black celebrities in this country; more than in any other nation in the world. The African American bourgeoise segment in America is worth more than some entire foreign nations. Some of the best paid actors and actresses are black and any given night at Yankee Stadium we were able to read signs that read: “Derek marry my daughter” implying white parents would be more than happy to have their daughter marry the Yankees’s captain.
All of that is great; we’ve come a long way and we should all be proud; don’t let any of those hoodlum losers tell you otherwise; however, the problem is not that America is not able to have room for outstanding, talented, gifted black Americans; the real trouble is when we move our finger down the list and we get to Jamal and Akeesha. I’m not trying to be smarter than anyone; but maybe it’s about time find a way to show that average; quasi anonymous black individual that he or she is not only important and significant, but indispensable. Maybe it is about time they don’t have to wonder when they got so little.
And in all honesty, I believe the rest of the country has done enough to help; manipulated, misguided at times, but they have done their best. It is time for the black leadership, whatever that may mean at this juncture, to quit the demagoguery; toss the coupons and the food stamps away and roll up their sleeves for the good of their community instead of their elitist selfish interests.
martes, 26 de mayo de 2020
UN POSIBLE ESCENARIO
En tiempos de elecciones se barajan decenas de teorías y combinaciones. Muchos tenemos el criterio de que las cartas están marcadas desde el inicio de cada contienda y que “el poder”; ese viscoso y nebuloso ente que algunos imaginan como un puñado de siniestros personajes rodeados por la coreografía de Citizen Kent, generalmente selecciona al inquilino de La Casa Blanca, al de Palazzo Chigi; al del Palacio del Eliseo, al de 10 Downing Street, al de Los Pinos y hasta el del Punto Cero mucho antes de que los ciudadanos sepamos quienes competirán. Esta visión es sin duda algo exagerado y simplista pero lleva gran parte de razón.
Lo que ocurre es que “el poder” no es un espacio monolítico donde se ejerce el centralismo democrático como en los tiempos de la URSS; en su interior conviven intereses contrapuestos y en ocasiones se crean contradicciones ásperas que llegan a paralizar su funcionamiento en modo momentáneo. Es importante observar que “el poder” no puede resistirse al embate del tiempo y en la medida en que las sociedades se democratizan o se “arrabalizan” o se “abaratan” según quien las analice, el mismo inevitablemente se impregna de un dinamismo y una interacción por momentos caótica que antes no experimentaba; para ser más claros: cada vez resulta más difícil lograr consenso en territorio del “poder”. La enorme dicotomía de nuestro tiempo en lo tocante a las estructuras de los potentes es que por un lado cada vez distan más de los intereses del ciudadano medio pero al mismo tiempo son cada día más permeables a los vaivenes de las masas. El poder está cada día más lejos de nosotros en la sustancia pero nos imita con desmedido oportunismo en la forma. Visto que derrocho esta criolla arrogancia de inventar categorías y títulos deseo puntualizar que la Cuarta Internacional y el “poder” no son para nada la misma cosa. “El poder” está por encima, es voluble, orgánico e inapelable; salvo contadas excepciones impone su criterio y no toma prisioneros. La Cuarta es no más que uno de los contendientes a entrar al “poder” y de hecho ya cuenta con elementos infiltrados dentro de este último, pero por suerte no ha culminado su labor y subsisten sectores dentro del “poder” que aborrecen la idea de la Cuarta Internacional.
Toda esta explicación para arribar a la hipótesis que pudiera ser un posible escenario en el momento actual:
1- La falta de consenso en el “poder” creó una fractura gracias a la cual Donald J. Trump se despertó una mañana de noviembre con la sorpresa de que era presidente. Una parte del poder le cobró viejas cuentas a la otra o vaya usted a saber. No voy a caer en la trampa que cayó Marx; voy a emular a Mendeleiev y dejaré espacios en blanco. Dejaré espacio a la especulación.
2- La otra o las otras partes del “poder” se quedaron atónitas y se dejaron “querer” por la Cuarta Internacional; lo que justifica la reticencia y la hostilidad dentro de amplios espacios a derecha hacia el inquilino de 1600.
3- Entre recriminaciones y lamentos, entre reproches y promesas no se escatimó en maneras chapuceras y tradicionales de desembarazarse de un individuo atípico tan ebrio de narcisismo que no lograba percatarse del peligro que corría. El orgullo y el deseo de protagonismo fueron tales en este señor que han vencido al instinto de conservación y le han llevado a, sin proponérselo, arremeter contra todos y contra todo. Y luego, como siempre ocurre, a quedar atrapada como rehén de unas consignas de las que ya no le será posible escapar.
4- Así las cosas, el hombre navegó con suerte y más allá de su lenguaje hosco y su verbo mal conjugado disfrutó de un fuerte viento de popa que lo condujo a niveles jamás alcanzados. Por otra parte; prisionero de su propia retórica no podía echarse atrás y se vio obligado a continuar por senderos oscuros e inciertos jamás transitados pero de obligatorio recorrido.
5- Se llega al último año de la presidencia y hay que ejecutar el sortilegio electoral; la farsa de siempre; el ejercicio democrático y el “poder” se aprestó a marcar las cartas como siempre pero....un momento; este loco lo sacamos por pura causalidad con opinión más que dividida; pero si algo caracteriza a los “elegidos” es la capacidad de análisis frio más allá de pasiones y orgullos. Este poseído se ha fajado con medio mundo; ha exhumado la madre de no pocos protagonistas de la política mundial y ha propuesto tendencias y remedios tan irracionales que pudieran funcionar; para qué cambiar rumbo ahora? Trump es la persona idónea en el momento apropiado: si lo dejamos cuatro años más continuará arremetiendo contra los Molinos de Viento; pero nosotros; “el poder” somos dueños de las plumas y los tinteros así que podemos reescribir el Quijote sin problemas y quien sabe si hasta logramos una victoria. Y si sale mal? Pudiera preguntarse el lector; si sale mal le echamos toda la culpa a él y a otra cosa; de todos modos es tan impopular que nadie llorará.
6- El “poder” de nuevo tiene todas las de ganar y muy poco que perder; si sale mal es culpa de este loco que se apoderó del poder, imagínate somos democráticos y hay que respetar la voluntad del votante; pero no se preocupen que ahora les pondremos un tipo más digerible. Si sale bien pues los potentes serán más saludables que nunca.
7- Había un sólo problema: como garantizar que un presidente tan controversial pudiera ganar de nuevo?; ah; pues llenemos el campo opuesto de ineptos e impresentables. Con tanto talento que hay en Estados Unidos no me cabe en la mente que los demócratas no contaran con candidatos decentes. Pero no; armaron un lamentable circo y al final quedaron tres ancianos más viejos que Trump y con escasa simpatía popular. No puede que haber sido hecho a propósito para que ganara Trump de nuevo.
8- Se presenta un imprevisto, el Covid 19; la Cuarta Internacional se desata y trata de tirar a Trump del cabello y allá responde el “poder” con gesto impaciente; el “poder” trata de mediar y a mi juicio ha ya hecho saber a la Cuarta que sorry con excuse me pero no jodan más. El “poder” continúa apostando por Ricito de Oro y coloca traspiés tras traspiés ante el torpe andar del senil competidor. Todavía los potentes, que a nariz tapada están dispuestos a dispararse cuatro años más de Trump, pudieran tener la estocada final a los demócratas; una convención solariega similar a la de Chicago en 1968 en la que salga un candidato que no sea Biden. Sería como tirar la toalla.
Significa esto que el “poder” prefiere a Donald Trump?; para nada. Significa que a este punto del juego cuentan con un chivo expiatorio a quien culpar de todo y a un individuo lo suficientemente “loco” como para acometer las tareas necesarias e impostergables. Al final el Covid en lugar de demostrar que estaba errado probó irrefutablemente que se necesita un realineamiento de alianzas y logísticas.
No pretendo que este sea el escenario pero a mi juicio es uno de ellos.
lunes, 20 de abril de 2020
LLEGÓ EL MOMENTO (EL NUESTRO)
Por años hemos escuchado decir; y muchos hemos repetido, que los cubanos debíamos prepararnos para cuando llegara el momento. Que debíamos unirnos; que debíamos tender puentes entre ambas orillas del Estrecho de la Florida. Todo en espera de ese momento mágico en que las cosas cambiarían.
Durante este largo y abúlico proceso de presunta preparación han desfilado no pocos “líderes” con ideas y proyectos más y menos acertados y por lo general carentes de esa tracción interna que da el apoyo popular; se nos repetía; y repetíamos, que nos hacia falta un Walesa; refiriéndonos a la cabeza visible del sindicato Solidaridad en Polonia.
Lo cierto es que bajo las condiciones que la Junta de La Habana ha impuesto con la absoluta complicidad de occidente es prácticamente imposible que alguien logre el consenso que el líder polaco alcanzó en su momento; las circunstancias son distintas y el apoyo externo es infinitamente menor.
Por otro lado. La desaparición física de Fidel Castro así como el deterioro en la salud de su hermano Raul y el desgaste natural que experimentan los pocos “históricos” que aún viven, unidos a la falta de capital político y arraigo popular de los pinos no tan nuevos que el régimen propone como herederos del poder; y el inesperado giro a la derecha en la presidencia de Estados Unidos han asestado un golpe demoledor a las aspiraciones de perpetuación que caracterizaba el talante de la Junta en los últimos años. Entre el desaliento y la abulia, entre el hambre y la falta de esperanza el régimen comprende, porque no es tonto, que se encuentra en el instante más vulnerable de su triste historia y en su desespero moviliza a cuanto peón, simpatizante o compañero de viaje logra engatusar. Más que nunca llueven las frases hechas; las sentencias mil veces repetidas y los razonamientos de antaño lavados precipitadamente en la retórica regetonera de hoy.
La familia Castro siempre navegó con proverbial buena suerte. Pasó casi sesenta años saltando de una liana a la otra y cuando parecía que se precipitaría al vacío milagrosamente, de la nada, surgía la liana salvadora que le daba suficiente impulso hasta la próxima; pero la suerte no es eterna y no siempre favorece al mismo bando; por más que gesticulen a destiempo y sin ritmo sus manos no logran encontrar el asidero y, por primera vez, la incertidumbre y el miedo cunden entre sus filas.
Es en este contexto que comprendo que ha llegado el momento; no ese instante ideal vaticinado por expertos y codiciado por luchadores; no ese segundo en que los astros se alinean y las aguas se abren permitiéndonos avanzar sin obstáculos. El problema es que pensándolo bien no ha llegado “el” momento sino el nuestro; ha llegado “nuestro” momento y cada situación tiene el suyo y siguiendo la tradición de pueblo desafortunado e históricamente sólo, el momento nuestro viene repleto de imperfecciones.
A mi juicio la lucha contra la dictadura debe revestir un carácter asimétrico y multi dimensional sin que necesariamente debamos esperar al fracaso de una vía de lucha para recurrir a otra; sino que debemos avanzar al mismo tiempo en todas las direcciones: ello resta fuerza al enemigo, le obliga a agotar sus recursos y además ayuda a arrebatar caretas y máscaras que hasta hoy existen. Pero por más que comprendamos que todas las vías sean válidas Cuba debe YA elegir a su líder. Urge que emitamos un juicio; que vertamos los criterios y como decía Marti; que alcemos la mano y digamos la palabra.
Aguardando al momento idóneo corremos dos tangibles riesgos:
1- que la enésima liana surja de quien sabe dónde y el régimen se recupere.
2- que el estancamiento del status quo provoque un excesivo sufrimiento en la población y el modesto impulso logrado ceda el paso a la mano extendida y a la espera por la dádiva. Por tal motivo exhorto a mis compatriotas a organizar una elección que consista en que cada cubano que se sienta capaz de guiarnos a todos presente su candidatura y luego que los demás emitamos nuestro voto con el compromiso de que seguiremos a quien obtenga la mayoría simple más allá de nuestros sesgos y preferencias.
Las modalidades y tecnicismos de tal elección serían discutidas por todos. Ruego a los lectores regalar a este artículo una profunda reflexión y actuar con el bien de la isla en la mente por encima de todas las demás consideraciones.
martes, 14 de abril de 2020
ES LA IZQUIERDA UN PARTIDO?
Tener muchos amigos en las redes puede ser incómodo en ocasiones, pero generalmente nos trae inmensas satisfacciones. Hace unos minutos uno de los contactos me preguntó con el máximo candor y totalmente privo de pretensiones si le podía explicar que cosa era la izquierda; deseaba saber si esa “izquierda” era un partido o que rayos era. Aprovecho para responder públicamente porque no existen dudas tontas sino ignorancias mal atendidas.
La izquierda, como la derecha y como el centro son denominaciones totalmente convencionales que se dan a las tres persuasiones politico filosóficas fundamentales más allá de la agrupación política a la que se pertenezca. En realidad tales etiquetas derivan de la posición que ocupaban en la Asamblea Nacional durante la Revolución Francesa los diputados que estaban a favor del rey; a la derecha y los que apoyaban la revolución a la izquierda. De tal suerte automáticamente se considera izquierda la voluntad de cambio y derecha la defensa del status quo. Un enfoque totalmente engañoso y hasta falso pues no hay nada más encarnizado a favor del status quo que la izquierda cuando llega al poder.
Por lo general comunistas, socialistas y algunos tipos de nacionalistas se consideran de izquierda; quedando un centro para algunos social demócrata que normalmente van llamados centro izquierda mientras populares, cívicos, regionalistas (no en el caso de España) libertarios y otros quedan a la derecha dejando un centro derecha para partidos centro democráticos y otros.
Por lo general la izquierda propugna un gobierno fuerte y casi omnipresente que debe pensar en todo y resolverlo todo y en función del cual los ciudadanos deben renunciar a una significativa porción de sus ganancias con tal de que el paquidermo burocrático provea salud, educación, defensa y muchos servicios más. La derecha por el contrario ve siempre con sospecha al gobierno y aboga por menos renuncia a la riqueza personal a cambio de que el paquidermo de marras suministre los servicios antes mencionados pero hasta un cierto punto, con un cierto control y bajo determinadas garantías. Esto es en sentido general pues hasta hace sólo unos años la izquierda americana equivalía a la derecha europea mientras la derecha del lado occidental del Atlantico se acercaba a lo que los europeos denominaban extrema derecha o fascismo. Por supuesto aventuro equivalencias y traducciones de una realidad a otra que jamás podrán reflejar fielmente la verdad.
En los últimos años; particularmente luego de la desaparición del mundo comunista y de la URSS, se ha producido una reestructuración de la izquierda que ha llevado a la inclusión de no pocos radicales libres que antes se consideraban fuera de la legalidad mientras la derecha ha reaccionado en modo mucho más lento y reactivo. Pero esto sería objeto de otro artículo. La respuesta al amigo de Facebook es que si bien el comunismo se considera de izquierda, la misma es mucho más y agrupa muchos otros partidos como mismo lo hace la derecha. Izquierda y derecha, por más que de reciente se pueden confundir e incluso invertir sus posturas históricas y clásicas, no son agrupaciones políticas sino tendencias dentro del espectro político. La izquierda está por encima del partido tal o más cual e incluye varios de ellos.
En sustancia izquierda y derecha son alineaciones y persuasiones que agrupan y resumen a varios partidos, pocos o muchos que sean.
miércoles, 8 de abril de 2020
MIS VEINTE CENTAVOS SOBRE EL TEMA OMS/WHO
En todos los casos es importante evitar tomar el rábano por las hojas; desafortunadamente los seres humanos tendemos a adoptar medidas drásticas y a verlo todo en términos de blanco o negro; cuando en realidad casi nada posee color absoluto y todo es una mezcla de tantos matices.
No pertenezco a ese selecto grupo de aislacionistas que abogan por un Estados Unidos, un Reino Unido, o un México aislado del mundo; eso no es posible y sólo en la estrecha interacción entre gobiernos y pueblos se garantizan la paz y el bienestar común. Según esta misma lógica se han ido creando organizadores y foros internacionales en los que se intenta llegar a consensos y aunar criterios; pero en particular, estas organizaciones fueron creadas con el objetivo de afianzar el papel dominante de los Estados Unidos de America y occidente como líderes indiscutibles del mundo. No constituye un error ni mucho menos haber creado la ONU, la FAO y decenas de instancias para aportar una cierta coherencia y sentido al devenir de nuestras vidas; por tal motivo nuestro país contribuye y debe continuar contribuyendo activa y generosamente al sustento de las mismas; ah pero además de activa y generosamente debemos siempre agregar otro adverbio: inteligentemente ; en nuestra conveniencia y la de occidente en primer lugar.
No me cansaré jamás de repetir que hay individuos en este mundo que critican sólo a una parte de la clase política: llámese Ronald Reagan, Boris Johnson, Silvio Berlusconi, José María Aznar, Jacques Chirac, los Bush 43 y 45 y en especial llegan al paroxismo con Donald Trump, pero permanecen en un sospechoso silencio ante los impresentables exponentes de la Cuarta Internacional y disfrutan cada vez que en estas organizaciones Washington o sus aliados son condenados o criticados.
Estados Unidos y occidente deben hacer valer la contribución económica que aportan y asegurarse de que a la cabeza de cualquier ente internacional se encuentre gente nuestra. Si, si; lo digo sin medias tintas ni eufemismos; gente nuestra o de lo contrario “no hay para nadie”.
En este momento el presidente Trump y cualquiera que sea mínimamente justo debe sentirse molesto e indignado con la Organización Mundial de la Salud; OMS; su dirigencia se plegó a las presiones del régimen de Beijing y nos hizo perder tiempo precioso que hubiéramos podido dedicar a prepararnos; cabría preguntarse cómo un amigo de Robert Mugabe llegó a dirigir este importante ente; la respuesta está en la ignorancia, la mediocridad y la miopía de nuestros funcionarios internacionales, de nuestros políticos TODOS y de cuanto profesional tenga que ver con esto; y no hablo únicamente de funcionarios americanos sino de occidentales en general.
Occidente debe efectuar una exhaustiva, severa y crítica evaluación de todas y cada una de las organizaciones que existen; qué labores realizan y cómo se gasta el dinero de sus contribuyentes; pero esta debe ser una tarea paciente y metódica sin crear crisis ni más caos del que reina. El presidente hace muy bien en criticar a la OMS y debe presionar para quitarnos de encima al secuaz de Mugabe; pero no; repito NO, podemos cortar en este momento el financiamiento de la organización. Y no podemos por razones de índole moral y por razones de pura naturaleza geopolítica.
Dentro de esta mafia infiltrada por la Cuarta Internacional hay muchos profesionales dedicados y competentes que realizan disímiles funciones útiles a la humanidad; no debemos privarnos de ellas ni debemos pagarle su devoción con un despido; como siempre hay que diferenciar muy netamente entre la burocracia y los que de veras trabajan y no debemos hacer pagar a justos por pecadores.
Pero además hay un motivo geopolítico detrás de esto; si le negamos los fondos la Cuarta Internacional de inmediato se lanzará a nuestra yugular con muñecos de Trump quemados en las capitales del mundo los usuales carteles de Yankees Go Home y el circo de siempre. Abandonamos al mundo en momentos de pandemia y los trasnochados domésticos; quinta columnistas de todo tipo en lugar de echar rodilla en tierra por su país se colocarán, como siempre, en el lado opuesto al del presidente por default. Más aún; no dudo que la camarilla china esté esperando ese momento para cubrir la cifra y quedar como los salvadores del mundo una vez más. La prensa cómplice cubrirá de seguro la primera parte de la maniobra y luego cuando los mandarines dejen de mandar plata no dirán absolutamente nada.
Hagamos limpieza sin romper la vajilla y sin llenarle de agua la casa al vecino de los bajos.
domingo, 8 de marzo de 2020
TODOS LOS HUEVOS EN LA MISMA CANASTA.
Ha sido siempre sabio diversificar y evitar colocar todos los bienes de una persona, una familia, un gobierno o varias naciones en el mismo lugar. Pareciera que occidente: y en particular Estados Unidos, adoleciera de una rara enfermedad a causa de la cual es capaz de concebir ideas geniales que luego van seguidas de proyectos mediocres y hasta peligrosos.
El olfato de Richard Nixon (y algún día se sabrá si su caída fue merecida o producto de una trampa más de los señores del Penthouse) mostró su mayor finura al arrancar a China definitivamente de la esfera de influencia de la URSS; la fractura entre ambas naciones se había producido en la década anterior, pero China semejaba esa nave solitaria que vaga en aguas turbias sin rumbo cierto. El binomio Nixon-Kissinger se anotó uno de sus mayores éxitos, pero por su falta de atención y seguimiento del plan, Estados Unidos creó a su nemesis.
No sólo fuimos vergonzosamente incompetentes al permitir que por décadas los mandarines comunistas manipularan y violaran las normas del comercio internacional sino que dimos esta nociva practica como inevitable; se llegó a pensar en ciertos sectores que la sodomizacion de nuestra economía y de la independencia de nuestras empresas por parte de Beijin era el precio a pagar por la victoria de los años setenta. Tal llegó a ser nuestra resignación, o complicidad, que amplios sectores de la política se escandalizaron cuando Donald Trump planteó que urgía dar un vuelco a las relaciones con el gigante asiático. La primera fase del nuevo acuerdo comercial USA - China prueba que no sólo era posible mejorar las cosas sino que resultaba imperativo hacerlo. Por si esto fuese poco hoy nos amenaza el virus corona y una de las mayores consecuencias que pudiera traer esta enfermedad es la alteración del sistema de producción de occidente porque China comunista es el productor o el maquillador de gran parte de los artículos que consumimos.
Habrá que empezar a pensar en crear zonas de producción en Costa Rica, República Dominicana y otras naciones más cercanas y más favorables a nuestros intereses; no se trata de sustituir a China ni de empobrecerla sino de diversificar nuestra dependencia y no permitir que en caso de diferendo político una Junta de comunistas ricachones nos pueda asfixiar económicamente. El reciente acercamiento a la India es una magnífica movida geopolítica; resta supremacía a los chinos y nos aporta otra canasta donde colocar los huevos (de gallina); pero si repetimos el error anterior y no fijamos un techo de exposición productiva en 20 años habremos pasado de manos chinas a manos indias y repetiríamos la actual pesadilla.
La diversificación de nuestra vulnerabilidad debe convertirse en tarea de seguridad nacional de modo que llevemos un control minucioso de dónde producimos y cuánto y en quién nos apoyamos: el libre mercado y la libre competencia no significan caos ni desmadre y disminuir nuestra dependencia en algunos países para repartirla de modo más uniforme entre muchos otros debe ser tarea prioritaria.
ALL EGGS IN ONE BASKET
Diversification has always been the wisest choice; placing all assets of an individual, a family, a nation or several nations in a single spot must never be the recipe. It would appear that the west, and particularly the United States, suffers from an exotic illness thanks to which they are capable of conceiving brilliant ideas only to follow them up with flawed and dangerous projects.
Richard Nixon’s acumen (one day we will learn whether his downfall was fair or merely the nth plot perpetrated by the subjects up in the Penthouse); showed us its finest moment when he managed to yank China off the Soviet sphere of influence; the clash had actually taken place a decade earlier, but it had only left China as lost ship drifting astray; aimlessly, in murky waters. This was perhaps Nixon-Kissinger’s greatest success; however, the United States by failing to supervise such a complex process, created its own nemesis.
Not only were we helplessly inept when we allowed the communist mandarins to rig and manipulate the rules of international trade; but we added damage to incompetence when we took such harmful practices as inevitable. We came to believe that Beijin’s rape of our economy and the violation of our corporations’s independence was the price to pay for our victory of the past. So abhorrent was our complicity that broad sectors of our political class were outraged and appalled by Donald Trump’s pledge to change the dynamics of our relations with the Asian giant. The signing of the first phase in the US-China new trade agreement proves that it was not only possible but imperative to do it. And as if our five decade lethargy were not hurtful enough we are now faced with the dark prospects of a corona virus pandemic and the upset of the western system of production since China is the maker or outsourcee of a large portion of the articles we consume.
It is about time we start thinking of free zones in Costa Rica, the Dominican Republic and other nations closer to our borders and to our interests; it is not that we cut China off or impoverish it. All we need to do is to diversify our dependency and avoid that, in case of a strategic disagreement a Junta of communist fat cats strangles our economy. To that purpose, our recent rapprochement with India is a brilliant geopolitical move; it somewhat downgrades China’s impact on our economy and brings forth a new basket to put our eggs; but if we repeat past mistakes and do not put a ceiling to our vulnerability exposure we will simply go from Chinese to Indian domination in 20 years.
The diversification of our vulnerability exposure must be part of our national security agenda as we must have an accurate estimate of where we make our products, how much we produce and who we lean on to enhance our production; free markets and free competition does not in the least imply chaos. Diminishing our dependency on some countries in order to evenly distribute it among many other players must be a priority.
TODOS LOS HUEVOS EN UNA CANASTA.
Ha sido siempre sabio diversificar y evitar colocar todos los bienes de una persona, una familia, un gobierno o varias naciones en el mismo lugar. Pareciera que occidente: y en particular Estados Unidos, adoleciera de una rara enfermedad a causa de la cual es capaz de concebir ideas geniales que luego van seguidas de proyectos mediocres y hasta peligrosos.
El olfato de Richard Nixon (y algún día se sabrá si su caída fue merecida o producto de una trampa más de los señores del Penthouse) mostró su mayor finura al arrancar a China definitivamente de la esfera de influencia de la URSS; la fractura entre ambas naciones se había producido en la década anterior, pero China semejaba esa nave solitaria que vaga en aguas turbias sin rumbo cierto. El binomio Nixon-Kissinger se anotó uno de sus mayores éxitos, pero por su falta de atención y seguimiento del plan, Estados Unidos creó a su nemesis.
No sólo fuimos vergonzosamente incompetentes al permitir que por décadas los mandarines comunistas manipularan y violaran las normas del comercio internacional sino que dimos esta nociva practica como inevitable; se llegó a pensar en ciertos sectores que la sodomizacion de nuestra economía y de la independencia de nuestras empresas por parte de Beijin era el precio a pagar por la victoria de los años setenta. Tal llegó a ser nuestra resignación, o complicidad, que amplios sectores de la política se escandalizaron cuando Donald Trump planteó que urgía dar un vuelco a las relaciones con el gigante asiático. La primera fase del nuevo acuerdo comercial USA - China prueba que no sólo era posible mejorar las cosas sino que resultaba imperativo hacerlo. Por si esto fuese poco hoy nos amenaza el virus corona y una de las mayores consecuencias que pudiera traer esta enfermedad es la alteración del sistema de producción de occidente porque China comunista es el productor o el maquillador de gran parte de los artículos que consumimos.
Habrá que empezar a pensar en crear zonas de producción en Costa Rica, República Dominicana y otras naciones más cercanas y más favorables a nuestros intereses; no se trata de sustituir a China ni de empobrecerla sino de diversificar nuestra dependencia y no permitir que en caso de diferendo político una Junta de comunistas ricachones nos pueda asfixiar económicamente. El reciente acercamiento a la India es una magnífica movida geopolítica; resta supremacía a los chinos y nos aporta otra canasta donde colocar los huevos (de gallina); pero si repetimos el error anterior y no fijamos un techo de exposición productiva en 20 años habremos pasado de manos chinas a manos indias y repetiríamos la actual pesadilla.
La diversificación de nuestra vulnerabilidad debe convertirse en tarea de seguridad nacional de modo que llevemos un control minucioso de dónde producimos y cuánto y en quién nos apoyamos: el libre mercado y la libre competencia no significan caos ni desmadre y disminuir nuestra dependencia en algunos países para repartirla de modo más uniforme entre muchos otros debe ser tarea prioritaria.
sábado, 7 de marzo de 2020
LA CUARTA INTERNACIONAL.
Durante este turbulento 2019 he acuñado el titulo de la “Cuarta Internacional”; lo he hecho para definir en modo no del todo oblicuo esa amorfa, heterogénea y variopinta amalgama de intereses que difieren en casi todo menos en la eliminación del sistema occidental como lo hemos conocido hasta hoy. Pero primero expliquemos al lector que cosa fueron la primera, segunda y tercera internacionales
La Primera Internacional o la Asociación Internacional de Trabajadores agrupaba a socialistas, comunistas, anarquistas y sindicalistas y fue fundada el 28 de septiembre de 1864. La Segunda Internacional fue fundada en Paris nada menos que el 14 de julio de 1889; exactamente un siglo después de la Revolución Francesa y el inicio de la era moderna. Ya en este evento la agrupación había echado a puntapiés a los anarquistas y sindicalistas. La Tercera Internacional o Comintern fue fundada en 1919; en su segundo congreso está organización abogó por utilizar todos los medios necesarios para llegar al poder incluyendo la lucha armada; by any means necessary que últimamente escuchamos con frecuencia en algunos sectores.
Pero estas internacionales eran demasiado sectarias y monolíticas y al final se limitaron a lo que llamamos el campo socialista que emergió después de la Segunda Guerra Mundial y un grupo de partidos comunistas satélites que con la excepción de Italia y en menor medida Francia y Espana, jamás llegaron a ser fuerzas significativas en sus respectivos países. La pureza ideológica, la excesiva conceptualizacion del discurso y el dogmatismo impidieron que los movimientos de liberación del Tercer Mundo, en el momento de la descolonizacion, abrazaran los ideales comunistas y así navegamos con un mundo dividido en dos esferas en el que veíamos al campo socialista rodeado por ese gran muro tejido con férrea ideología e hilo espinado y al resto del planeta con países muy ricos y muchos otros muy pobres en los que se sucedían dictaduras y democracias como la noche sigue al día.
Pero en esa paz de Yalta; en ese precario equilibro en el que una potencia real y la otra ampliada gracias a espejos de gran aumento se dividían las decisiones de todos nosotros la naturaleza estática y rígida del comunismo dio al traste con el status quo. Los vejetes comenzaron a caer como moscas y nuevos personajes pasaron a llevar las riendas del reino de la hoz y el martillo; al menos las riendas visibles. No deseo en lo absoluto restar mérito a Ronald Reagan, George Bush padre, Mikhail Gorbachev, el Papa Woitjla, George Schulz, James Baker y Eduard Shevardnadze; nadie puede negar a cada uno su mérito, pero ruego al lector sepa perdonar mi irreverencia cuando afirmo que el campo socialista desapareció porque los potentes habían encontrado un modo mejor de dominar al mundo y el bloque sovietico se había convertido en un estorbo. Luego del prudencial periodo de luto y reajuste en el que se garantizó que ninguno o casi ninguno de los opresores pagara sus culpas; el caso de Ceaucescu en Rumania no hace más que probar que su caída fue programada desde Moscú, los comunistas cambiaron sus atuendos por trajes Armani; las medallas con el rostro de Lenin por abultadas cuentas bancarias y los torturadores en muchos casos se transformaron en empresarios .
Nosotros celebramos; sentimos que había terminado una época y que en lo adelante viviríamos en un mundo mejor y claro que fue muy positivo que naciones enteras regresaran a la imperfecta normalidad y que sus ciudadanos se liberaran del yugo comunista; pero el desmoronamiento del imperio sovietico creó numerosos radicales libres; grupos y movimientos que hasta entonces el Kremlin podía controlar y que en lo adelante se buscarían la vida por su cuenta; Estados Unidos dejo de tener un enemigo para verse obligado a enfrentar innumerables grupúsculos dispuestos a todo por ganarse un nombre y sin el menor escrúpulo ético; por otra parte, un puñado de acaudalados del primer mundo perdieron la paciencia y comenzaron a utilizar a comunistas, terroristas y a cuánto individuo destilase odio contra el orden reinante hasta ese momento con el objetivo de ser los únicos capitalistas y saltar el “insignificante” e “incómodo” obstáculo de la libre competencia.
Los cubanos pensamos que el cerebro de la Cuarta Internacional está en La Habana; los venezolanos piensan que está en La Habana pero que una sucursal radica en Caracas; los bolivianos culpan a las dos ciudades anteriores pero al mismo tiempo tratan de extirpar el veneno que ya les había sido inoculado. A mi juicio la Cuarta Internacional no tiene una sede física; su sede es virtual y es parte del www.carguemonosaoccidente.com que salta de un sitio a otro con IPs que duran segundos y miles de imágenes que se reflejan unas a otras. La Cuarta Internacional no es comunista, no es cubana, no es venezolana, no tiene país; es un fenómeno apátrida, políglota, con varios PO Boxes en el que conviven fundamentalistas islamicos, narco traficantes, ex guerrilleros y guerrilleros activos, políticos, magnates y dictaduras de izquierda de distinta intensidad; cada grupo trabaja en silencio sin emitir la menor protesta en espera del momento apropiado para saltar sobre todas las demás e imponer su agenda; difieren en miles de puntos pero muestran una paciencia encomiable pues les une el común objetivo de destruir a occidente. A tal propósito crean el estado de perpetua agitación que reina en este momento; exacerban dificultades y problemas en modo desproporcionado y apuestan al más sanguinario y despiadado contrincante en cada contexto. Su flexibilidad ideológico filosófica la distingue del comunismo a ultranza y su reconocimiento del dinero; en algunos casos a regañadientes, como fuente de poder y riqueza la separa definitivamente de las tres internacionales anteriores. Su mayor defensa radica en negar su propia existencia; esta negación no siempre es falaz en el plano personal, pues la Internacional se apoya en millones de seres humanos con reclamos legítimos que prestan oídos a cualquier canto de sirenas sin indagar de que garganta provenga. Como todo virus la única vacuna para combatirla radica en si misma; occidente se salva solo si remanga sus camisas recién planchadas y copia la esencia estratégica de este hiedra letal para derrotarla en su propio terreno. Recurrir a métodos convencionales, retarla a duelo entre caballeros o denunciarla solo de palabras esperando que la justicia venga por si sola no logrará más que acelerar nuestra desaparición como estadio fundamental de la sociedad humana y precipitarnos irremediablemente hacia el abismo del caos, la confusión y el desquite eterno.
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