A riesgo de virulencias me regalo expresiones irreverentes y propias; prevalecen en mi numerosos pensamientos y un sin fin de inclinaciones que me acercan a un determinado grupo de seres humanos, pero no me siento obligado a comulgar con ellos, me place siempre hallar diferencia de matices pues es la única vía de depurar el concepto y afilar el verbo. Me interesa mas el análisis del fenómeno y las reglas que este dicta que el estéril anecdotario de excepciones insignificantes que al final no hacen más que confirmar la tendencia.
Cuando el actual presidente me lanzo el balde de agua helada me tomo por sorpresa, me detuvo en suspenso la sangre en las venas y me asestó una de las bofetadas mas sonadas de mi vida (y he recibido muchas); a las tres de la tarde sentía el mundo venirseme encima y me preguntaba impotente porque tenía que sucederme esto a mi. Por suerte, el cínico, diogenico, poeta frustrado y mediocre con análisis de filosofo de barrio que llevo dentro me hizo entrar en razones y me dijo:
1- No me jodas con que no lo sabias, esto era un secreto a voces.
2- Esto es el mismo arreglo entre primos de siempre gobierne quien gobierne. Este presidente no es de tu simpatía, pero el engaño viene desde los tiempos de la colonia.
3- Al primo de Biran lo puso ahí una administración republicana y luego todas de ambos partidos le permitieron sus travesuras usando como excusa la repulsa que hubiera causado una intervención y tuvieron el descaro de usar tal justificación mientras bombardeaban Vietnam; como se explica lanzar la guerra a miles de millas y tolerar a un "enemigo visceral" a solo noventa? Hay una única explicación: no hay tal enemigo y nunca lo hubo. En todo caso hubo y hay un primo travieso que timo a los demás pero todo queda en familia.
Lo anterior lo sabemos los cubanos; conocemos la teoría luego devenida política de la "fruta madura" y siempre supimos que al imperio le importa un carajo el pueblo de la isla e incluso el que está aquí. Jugo con nosotros en el siglo XIX, nos cogio pa' sus cosas en el siglo XX y hace caso omiso de nuestros reclamos en el siglo XXI. Las intervenciones americanas y su manipulación de nuestro desastrado concepto de nación son conocidas por todo aquel que esté interesado en saber. Aún así muchos decidimos venir a vivir al norte, juramos fidelidad a la tierra de Washington por encima de todo; sin ese juramento no hubiéramos accedido al soñado pasaporte azul.
Pero nuestra endémica y tenaz hipocresía es tal que cuando Estados Unidos hace lo que siempre ha hecho ( cambiar de palo pa'rumba) la emprendemos contra todos y contra todo y lanzamos toda raza de epítetos ofensivos. Los gobernantes de esta nación, mas allá de evidentes diferencias formales y tácticas, buscan ante todo tutelar lo que creen son sus intereses; nosotros siempre supimos que tarde o temprano los raíles del tren se separarían y habría que escoger que ruta seguir. Exhorto a mis compatriotas a ser valientes y no buscar mas excusas y culpables que supuestamente han confundido a los americanos. Los americanos NUNCA estuvieron de parte del cubano de a pie, su contacto con Cuba se limitó a ver en que podía serle útil la isla. Lo que ocurre hoy no es el aborto de un embarazo primogénito sino el parto esperado y programado de la enésima criatura con síndrome down. Esto no es un incidente en el tráfico sino el cumplimiento a pies juntitas del itinerario regular. No fue ese aire imperial y ese pragmatismo sajón precisamente lo que vinimos buscando? O pensamos que se comportarían así con todos menos con los cubanos? Es que de veras nos creímos el cuento de que somos especiales?.
El único argumento que me atrevo a sostener en medio de la debacle que nos azota es ante el americano medio, mi compatriota laborioso y generoso que me acogió con los brazos abiertos, que me saluda entre los pasillos del supermercado y que me ve como ser humano; la única bala que me queda es explicarle con tesón y paciencia que la opción seleccionada no necesariamente es la que mejor tutela nuestros intereses como nación y que en última instancia en esta partida de pocker hay que subir la parada, pero lo hago con la certeza de haber escogido hace mucho tiempo; claro que anhelo la libertad de la isla como anhelo la de todos los seres humanos: claro que la dictadura es abominable e indefendible, pero que quede muy claro: a la hora de la división de senderos, si se presenta una bifurcación en el camino mis pasos seguirán la estela de viento dejada por el águila imperial; mi fidelidad irrestricta y sin limites es para con los Estados Unidos de América, jamás culpare a mi nueva patria de mi incapacidad para crear una nación en la tierra que me vio nacer. Y ya que hablamos de nación, visto que a menudo no vemos lo obvio; si aspiramos de veras a dejar de patalear y lograr que nuestra nueva patria respete a la isla como una nación lo primero que tenemos que hacer es serlo. Si queremos que nuestras administraciones, nos gusten o no, tomen en cuenta al pueblo cubano pues hagamos que aquel calidoscopio de deformidades que dejamos atrás sea un pueblo. Hoy el combate de los bayameses no consiste en quemar su ciudad sino en volver a ser bayameses porque la patria nos contempla con incomodo embarazo.
Cuando el actual presidente me lanzo el balde de agua helada me tomo por sorpresa, me detuvo en suspenso la sangre en las venas y me asestó una de las bofetadas mas sonadas de mi vida (y he recibido muchas); a las tres de la tarde sentía el mundo venirseme encima y me preguntaba impotente porque tenía que sucederme esto a mi. Por suerte, el cínico, diogenico, poeta frustrado y mediocre con análisis de filosofo de barrio que llevo dentro me hizo entrar en razones y me dijo:
1- No me jodas con que no lo sabias, esto era un secreto a voces.
2- Esto es el mismo arreglo entre primos de siempre gobierne quien gobierne. Este presidente no es de tu simpatía, pero el engaño viene desde los tiempos de la colonia.
3- Al primo de Biran lo puso ahí una administración republicana y luego todas de ambos partidos le permitieron sus travesuras usando como excusa la repulsa que hubiera causado una intervención y tuvieron el descaro de usar tal justificación mientras bombardeaban Vietnam; como se explica lanzar la guerra a miles de millas y tolerar a un "enemigo visceral" a solo noventa? Hay una única explicación: no hay tal enemigo y nunca lo hubo. En todo caso hubo y hay un primo travieso que timo a los demás pero todo queda en familia.
Lo anterior lo sabemos los cubanos; conocemos la teoría luego devenida política de la "fruta madura" y siempre supimos que al imperio le importa un carajo el pueblo de la isla e incluso el que está aquí. Jugo con nosotros en el siglo XIX, nos cogio pa' sus cosas en el siglo XX y hace caso omiso de nuestros reclamos en el siglo XXI. Las intervenciones americanas y su manipulación de nuestro desastrado concepto de nación son conocidas por todo aquel que esté interesado en saber. Aún así muchos decidimos venir a vivir al norte, juramos fidelidad a la tierra de Washington por encima de todo; sin ese juramento no hubiéramos accedido al soñado pasaporte azul.
Pero nuestra endémica y tenaz hipocresía es tal que cuando Estados Unidos hace lo que siempre ha hecho ( cambiar de palo pa'rumba) la emprendemos contra todos y contra todo y lanzamos toda raza de epítetos ofensivos. Los gobernantes de esta nación, mas allá de evidentes diferencias formales y tácticas, buscan ante todo tutelar lo que creen son sus intereses; nosotros siempre supimos que tarde o temprano los raíles del tren se separarían y habría que escoger que ruta seguir. Exhorto a mis compatriotas a ser valientes y no buscar mas excusas y culpables que supuestamente han confundido a los americanos. Los americanos NUNCA estuvieron de parte del cubano de a pie, su contacto con Cuba se limitó a ver en que podía serle útil la isla. Lo que ocurre hoy no es el aborto de un embarazo primogénito sino el parto esperado y programado de la enésima criatura con síndrome down. Esto no es un incidente en el tráfico sino el cumplimiento a pies juntitas del itinerario regular. No fue ese aire imperial y ese pragmatismo sajón precisamente lo que vinimos buscando? O pensamos que se comportarían así con todos menos con los cubanos? Es que de veras nos creímos el cuento de que somos especiales?.
El único argumento que me atrevo a sostener en medio de la debacle que nos azota es ante el americano medio, mi compatriota laborioso y generoso que me acogió con los brazos abiertos, que me saluda entre los pasillos del supermercado y que me ve como ser humano; la única bala que me queda es explicarle con tesón y paciencia que la opción seleccionada no necesariamente es la que mejor tutela nuestros intereses como nación y que en última instancia en esta partida de pocker hay que subir la parada, pero lo hago con la certeza de haber escogido hace mucho tiempo; claro que anhelo la libertad de la isla como anhelo la de todos los seres humanos: claro que la dictadura es abominable e indefendible, pero que quede muy claro: a la hora de la división de senderos, si se presenta una bifurcación en el camino mis pasos seguirán la estela de viento dejada por el águila imperial; mi fidelidad irrestricta y sin limites es para con los Estados Unidos de América, jamás culpare a mi nueva patria de mi incapacidad para crear una nación en la tierra que me vio nacer. Y ya que hablamos de nación, visto que a menudo no vemos lo obvio; si aspiramos de veras a dejar de patalear y lograr que nuestra nueva patria respete a la isla como una nación lo primero que tenemos que hacer es serlo. Si queremos que nuestras administraciones, nos gusten o no, tomen en cuenta al pueblo cubano pues hagamos que aquel calidoscopio de deformidades que dejamos atrás sea un pueblo. Hoy el combate de los bayameses no consiste en quemar su ciudad sino en volver a ser bayameses porque la patria nos contempla con incomodo embarazo.
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