Debo precisar que para mi la participación en la lucha pacífica por el cambio en la isla donde nací ha sido sinuosa, intermitente y no exenta de momentos desafortunados. Nunca creí en la opción violenta, pero he dado no pocos bandazos en el laberinto de senderos que se han ido proponiendo a lo largo de los años. Quizás por este motivo no tuve duda en abrazar con firmeza la onda de opositores que inició a desfilar por Miami a raíz de la genial decisión de Raúl Castro que flexibilizaba el proceso de viajes al extranjero de los cubanos hasta el punto de colocarlo CASI al nivel de la normalidad.
Luego de tres años de estrecha relación con numerosos opositores y con sus "patrocinadores" en Estados Unidos (la paternidad del término no es mía) el panorama que se presenta ante mi vidriosa mirada es el siguiente:
1- Una enfermiza relación entre los de aquí y los de allá mediante la cual los que viven al norte del estrecho utilizan el pedigree (a veces apócrifo y a veces genuino) de los que soportan el acoso del régimen al sur para obtener fondos supuestamente destinados a la democratización de la nación vecina pero que tienen efecto nulo o muy limitado en la población cubana y son generalmente utilizados para viajes estériles, compras desenfrenadas y eventos "científicos" donde se repiten siempre las mismas sentencias, teorías y axiomas ante audiencias por lo general abúlicas que han envejecido tratando infructuosamente de vencer la ubicuidad político filosófica de los Castro.
2- La existencia de casi tantas organizaciones como habitantes tiene nuestro país de origen que jamás logran unirse ni concretar una iniciativa que cautive la imaginación del cubano de a pie.
3- La practica de la enconada lucha por un poder que no existe y que da al traste con cualquier posibilidad de proponer alternativas funcionales y creativas al régimen que impera en La Habana desde 1959.
4- El uso de las microscópicas organizaciones por parte de sus líderes como si fuesen propiedades personales de las cuales disponen a voluntad.
Las características antes mencionadas colocan al pueblo cubano en una precaria posición de vulnerabilidad y abandono que le provoca recelo y desconfianza y reduce al mínimo su voluntad de cambio. Cuba no cuenta con un Solidaridad y mucho menos con un Walesa mientras por el contrario el mas pequeño de los hermanos Castro da una y otra vez muestras de ingeniosidad y osadía estratégica si tenemos en cuenta que se encuentra en la desesperada fase de la post "revolución" y que las opciones se le reducen cada minuto que pasa.
Las conversaciones con la administración Obama no garantizan la supervivencia del régimen ni la tan cacareada estabilidad y los amaneceres en La Habana son siempre menos apacibles. Paradójicamente, se abre ante el gobierno cubano una via que bien pudiera convertirse en el golpe de gracia a la oposición interna y la posibilidad de contar con manos libres y ambiente despejado para negociar con mas tranquilidad con Washington y Bruselas: borrón y cuenta nueva. Así mismo como lo digo: si Raul da la posibilidad a los que dentro de Cuba se le oponen a "reabrazar la revolución" sin represalias y con la posibilidad de ser empleados según sus calificaciones me temo que la deserción de los "nuestros" sería masiva y desmoralizadora. Para muchos lo que expreso podrá lucir absurdo y hasta paranoico pero significaría no solo un aumento de la impunidad que goza el régimen sino un alivio para Estados Unidos, la Unión Europea y la Iglesia Católica que ven el tema de la oposición interna como esa pieza incomoda que obstruye el proverbial jaque conductor al anhelado resultado de "empate"; no nos engañemos, los actores externos de esta tragicomedia llamada situación cubana sienten un pavor ante la ilusoria posibilidad de victoria opositora solo comparable a la que siente el grupo que detenta el poder desde hace más de medio siglo.
Mucho tendrá que ver la decisión que tomará la administración para la repartición de la piñata del próximo año fiscal: resulta coherente restablecer relación con mi archi enemigo, sacarlo apresuradamente de la lista de terroristas y al mismo tiempo dedicar fondos a su desestabilización? ; forma parte del plan americano el fortalecimiento de un elemento que se desmorona por si solo y hace agua por todas partes? Nos sentiríamos los cubano americanos satisfechos con la hipótesis de colocar un balde repleto de cangrejos a la cabeza de la martirizada nación cubana?
Si como pienso los dineros empiezan a hacerse inalcanzables más allá de las endebles promesas de burócratas y activistas para muchos desaparecera un modo de vida y para otros (en toda tragedia hay personajes positivos) se esfumara el único modo de sobrevivir en un medio en el que las posiciones criticas son recibidas con brutal rechazo y esto empujaría en la dirección de otra excelente movida del general.
Pero antes de concluir hagamos de nuevo un valiente ejercicio de honestidad: cometimos el error de dejar en manos de la dictadura el país, unos por el elemental reflejo de salvar nuestras vidas, otros por comodidad y cobardía (entre estos me encuentro yo) y otros por las mas disímiles razones; casi todas válidas; una vez fuera no logramos siquiera unirnos tras un sueño común y a la vuelta de cincuenta y tantos años pretendemos que el ADN del pueblo que dejamos atrás permanezca inalterado y que la situación kafkiana de la que escapamos no lograse corroer el tejido de la sociedad cubana; ya de por sí precario y a merced de cuanto virus filosófico exista. Los opositores son parte de un pueblo tomado como rehén y no pueden humanamente substraerse a la realidad circundante. Si nosotros en el mundo libre no fuimos capaces de crear el rostro de la alternativa como podemos exigirle a ellos que lo hagan ?.
Cualquiera que sea la interpretación que compartimos sobre cómo llegamos aquí, lo cierto es que un cambio auténtico esta hoy mucho mas lejos que ayer; la posibilidad de un desplome del status quo ha sido alejada pero no evitada y la única certeza en este momento es que NADA es seguro. Ha llegado ya el tórrido verano de los cubanos y con el se multiplican los elementos de presión, asperezas y bajas pasiones que siempre nos empujaron a seleccionar la peor de las opciones. Cada minuto que transcurre la imagen del general de baja estatura se perfila con mayor nitidez como la del centro de equilibrio en cualquier solución al drama cubano y filosóficamente merece llevar la mejor parte porque ha sabido jugar con temeridad y no ha vacilado en girar en angulo de 180 grados en lugar de permanecer con estulta obstinación golpeado la pared con su cabeza.
Sencillamente Genial, yo tambien me cuento entre esos cobardes que tuvimos la valentía de enfrentarnos, en unos momentos de manera sutil y en otros de manera mas directa, mucho mas, al Tirano, esperemos que nuestros granos de arena hayan servido de alguna utilidad, no obstante siempre tengo a mano un pañuelo , o como estamos en el Mundo Libre un "Kleenex", para enjugarme las lagrimas, tanto si fracasó nuestro empeño, como de alegría, si logramos que la Bestia inhumana y safia que gobierna nuestro país, perzca ante una buena pedrada, lanzada con una honda bien kolimada, es mi humilde comentario.
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