lunes, 8 de junio de 2015

UNA VISION EN DOS PARTES

Desde el pasado 17 de diciembre he respondido mas o menos igual a la pregunta: que crees de la decisión de Obama de cambiar la política hacia el régimen de los Castro?; invariablemente me he mostrado comprensivo hacia la necesidad de evitar a toda costa el envío de marines a la isla para controlar el caos que se crearía en caso de desplome de la dictadura. Mi única objeción ha sido la fruición y el deleite mostrados por el presidente al tomarla. El Comandante en Jefe no me pareció ese estadista convencido de estar optando por el menor de dos o tres males, sino por el contrario lo percibi como el tímido e inseguro adolescente que finalmente logra saltar sobre el amplio lecho de la dama madura que ha idealizado en sus sueños eroticos y retozar con ella hasta altas horas de la noche; lo veía como al niño con juguete nuevo bajo el brazo que se pasea orondo ante la mirada envidiosa de sus amiguitos. Para Reagan, que seguramente hubiera hecho lo mismo en las condiciones actuales, este seria el desagradable trance de ingerir un jarabe de pésimo sabor, para Obama, esta ha sido la oportunidad de degustar el elixir del coqueteo con un enemigo del que esta muy cerca en sus más reconditas convicciones de activista. Matices aparte, algo había que hacer ante la posibilidad de explosiones sociales en Venezuela y el creciente incumplimiento por parte de esta de sus compromisos de subvención al régimen.

Pero analicemos con frialdad la realidad que se nos coloca delante: bastaría hacer un poco de números para concluir que nos hubiera costado mucho menos enviar los marines a la isla en 1961 que convivir con tan incomodo y embarazoso vecino; con una mínima fracción de lo que el contribuyente americano ha despilfarrado hasta hoy tras esa manida excusa llamada CUBA, hubiésemos podido derrocar al régimen en sus inicios, evitar el desastre que vino después y por encima de todo, salvar las fuerzas productivas cubanas de la corrosiva alienación que ha venido sufriendo desde entonces y que ha puesto en serio peligro la posibilidad de recuperación algún día de aquel intento de país que una vez tuvimos y se que es en esta parte del análisis donde muchos me acusaran de vivir en el pasado y de leer periódicos viejos. Lo que paso paso y de nada vale pensar en lo que debió haber sido: de acuerdo, enfrentemos entonces el presente y dirijamos la vista al futuro: esta no es una apuesta ganada, aquí si algo es seguro es que no hay certeza de nada, apuntalar al régimen no garantiza hoy por hoy que a causa de cualquier imponderable o de luchas internas dentro de la cúpula castrista no se produzca un evento que desencadene el caos. Cuba es una sumatoria de favores no pagados, odios reprimidos y esperanzas trituradas; los hermanos Castro han malgastado su capital político y se acerca la hora de saldar; la opción escogida por el presidente y a cuanto parece por toda la clase política americana más allá de divergencias periféricas, es solo y en última instancia la variante que menos probabilidades muestra de explosión inmediata, pero su eficacia no supera las estrechas fronteras de la estadística. Para ser más claro, si yo estuviese en el lugar de Obama hubiera, con diferencias de forma, optado por la misma vía, pero cada mañana encendería una vela a Eleggua pidiéndole humildemente ayuda porque solo la divina intervención de los Orishas puede conjurar la fiesta del Guatao que parece venirsenos encima

En la antesala de su viaje hacia la eternidad los hermanos nos dejan un país totalmente distinto al que se robaron. La composición etnica ha pasado de una minoría de personas con descendencia africana a una mayoría que algunos colocan en el 65% y si aplicamos aquello de "y tu abuela donde esta?" llegamos quizás hasta el 70%. De aquella masa laboriosa y tenaz que una vez tuvimos como clase trabajadora hoy no queda siquiera la sombra en forma de esa sustancia viscoza y putrefacta que solo anhela robar y violar cuanta regla exista.

Cansancio, hastío, desilusión y una rabia contenida entre los dientes es como llega el cubano de pie a esta cita convocada a ultima hora. Division, incertidumbre, ambiciones personales y un pánico inocultable a perder la posibilidad de practicar la turioposicion es la precaria imagen de la oposición de baja intensidad que derrocha adjetivos pero carece del mas mínimo poder de convocatoria.

Vejez, retórica estridente, dinamismo fingido y mucho, pero mucho miedo al mañana es como la dictadura acepta un reto que es paradójicamente su única vía de subsistencia y la crujiente rama del carcomido árbol de su salvación. Dudoso, improvisador, sonrisa obligada en su resbaladizo rostro y la falsa impresión de tener todo el tiempo del mundo y muy pocas propuestas factibles es la imagen de la administración americana con sus funcionarios que se estrujan las manos con nerviosismo cada vez que el general sufre una de sus perretas ideológicas

Una singular partida a tres en la que dos contrincantes solo aspiran al empate y el tercero se sabe condenado a priori a la derrota. Dada la característica de la legislación en Estados Unidos es muy poco probable que alguna ayuda sustancial llegue a La Habana antes de los próximos 16 meses y la sed del líquido verde que aqueja a la economía cubana necesita ser abrevada mucho antes. Hay una sentencia italiana que refleja como ninguna otra el cuadro de la situación: "si todo sale bien estamos fritos"; un verano tórrido para el pueblo cubano y la angustia de la duda para nuestra administración y para el régimen (CONTINUARÁ...)

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