martes, 28 de noviembre de 2017

EL ENEMIGO Y SU ESTRATEGIA (2)



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En el capítulo interior habíamos detallado como la fricción entre el régimen de La Habana y el establishment americano había dado paso al restablecimiento de relaciones diplomáticas así como a una desequilibrada tendencia a la complicidad por parte de una administración (la de Obama) que había bordeado a mi juicio la traicion al abstenerse en las Naciones Unidas durante la votación sobre el embargo. Dicha tendencia quedó suspendida por meses a raíz de la sorpresiva victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales.

Muchos pensamos que la retórica de la campaña daria paso luego de dos pastelitos de guayaba en el Versalles, a la habitual inercia que ha caracterizado las distintas administraciones en los últimos años; de hecho, el entonces candidato Trump no había declarada que era un error haber normalizado relaciones con la Junta Militar sino que el hubiese logrado un acuerdo más favorable a los intereses americanos; así las cosas y luego de gran expectativa el nuevo inquilino de La Casa Blanca no dio marcha atrás como algunos esperaban, pero si asestó un golpe demoledor a la narrativa impuesta por la anterior administración y los acólitos de la dictadura cubana alrededor del mundo; por primera vez el americano medio pudo ver rostros reales de ex prisioneros políticos incluida una mujer, pero no quedó ahí el cambio; la nueva administración desempolvó los polémicos ataques acústicos a sus diplomáticos en Cuba que la anterior administración por obvios motivos había decidido silenciar. Es necesario destacar que mientras los sicarios del régimen se rasgan las vestiduras negando tales ataques el Departamento de Estado no ha dado aún una pormenorizada explicación de lo ocurrido. Mientras muchos sostienen que se trata de una maniobra para “calzar” su presunta agresividad hacia la familia Castro, es útil recordar que ataques similares ocurrieron en la antigua URSS durante la Guerra Fría y que en los años desde la apertura de la Sección de Intereses por el presidente Carter hasta el día de hoy el acoso por parte de la contrainteligencia castrista a los diplomáticos de Estados Unidos y sus familiares llegó a niveles tan deplorables como depositar heces fecales en la residencia de algunos de ellos. No creo que fuese necesarios inventar un incidente cuando existía una cadena de provocaciones y violaciones del derecho internacional


Ciertos o no estos ataques el resultado fue la reducción al mínimo del personal en la embajada en La Habana y la exigencia de que la Junta mandase de regreso a la mayoría de sus “diplomáticos” en Washington. Pocos días más tarde la administración anunció un paquete de medidas que si bien en algunos casos resultan de difícil o imposible implementación fijan nuevamente una línea de divorcio con la piñata obamista. No se trata tanto del efecto real como de la percepción de enfriamiento y el desespero que el mismo provoca en la dirigencia del régimen. Mientras redacto estas líneas pudiéramos sintetizar la situación del siguiente modo:
1- Por el momento la reunificación familiar o esa válvula de escape de 20,000 cubanos descontentos cada año ha sufrido un duro golpe pues los interesados deberán viajar a Colombia u otro tercer país para procesar sus trámites. Esto afecta a no pocas familias cubanas pero en especial amenaza con hacer subir la presión sobre carcomido sistema imperante.
2- La kermesse de americanos viajando a Cuba sufrirá una drástica disminución debido a los elementos nuevos impuestos por el equipo de Trump que hacen operativamente más costoso y difícil organizar viajes de americanos que no sean de origen cubano a la isla.
3- La posibilidad de una votación en busca de levantar lo que queda de embargo se ha alejado significativamente e incluso con una victoria demócrata en el 2018 no parece estar más cerca.
4- Del punto anterior se desprende que la posibilidad de inversión americana así como la entrada de Cuba al FMI y otras instituciones financieras internacionales se alejan precisamente cuando el régimen no encuentra sustituto a la ubre sovietica ni a la otrora abultada chequera de los títeres venezolanos.

Mientras Raül utiliza la máxima cautela al hablar del presidente Trump; algunos de sus seguidores a ambos lados del estrecho de la Florida arrecian su labor ideológica en el intento de contrarrestar el colapso del castillo de naipes que habían logrado construir. En el tercer y último capítulo enumeraremos los puntos de más relieve así como el modo de rebatirlos. (continuara...)

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