lunes, 4 de diciembre de 2017

LA PRETENDIDA IMAGEN DEL ESPEJO ABERRADO



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El cubano medio dentro de la isla sabe que hay compatriotas que se manifiestan abiertamente contra la Junta que impera en el pais desde 1959; en su lenguaje neófito les llama generalmente “los de los derechos humanos” y rara vez conocen la diferencia entre una organización y otra. El régimen cada vez encuentra más dificultad para utilizar al pueblo contra los que le desafían abiertamente y se ve obligado a recurrir a sicarios vestidos de civil. Significa esto que la oposición en Cuba ha realizado una labor exitosa? Para nada; más bien es indicativo de que la población está hasta las narices del octogenario discurso; de fallidas promesas y de campañas condenadas al fracaso de antemano; es más bien la chapuceria obligada de la Junta que la eficiencia de los que se le oponen lo que ha creado el actual cinismo.

Para sus enemigos la narrativa oficial es generosa en adjetivos y descalificaciones; agentes del imperialismo, anexionistas, asalariados del Imperio y mucho peor. Y no es que se pueda negar que existe un puñado de cubanos que han hecho de la tragedia un medio de sustento, que se inventan eventos y ceremonias para pasar la vida de avión en avión y de ciudad en ciudad; los tenemos en el exilio como los tenemos dentro de nuestro país natal; sin dudas los casos de extrema corrupción merecen y deben ser denunciados sin vacilación pues esos personajes no harían más que perjudicar cualquier proceso democrático futuro, pero cuidado. Escucho con alarmante frecuencia un tono demonizante hacia todo el que dice estar contra la familia Castro y si yo me paso la vida despotricando de B y B jura estar en contra de A mas allá de mis persuasiones y emociones mi retórica no hace más que ayudar a A en detrimento de B y de todos los demás que nos oponemos a la primera letra. Según muchos de nosotros no hay en Cuba un solo opositor que valga la pena y me pregunto como podemos estar tan seguros si nosotros estamos fuera?; personalmente he tenido el privilegio de ser contactado por cubanos que sufren las cotidianas penurias que impone la dictadura; son regularmente acosados y no reciben un solo centavo de nadie; son esos kamikazes también corruptos o agentes de la familia propietaria de la finca?.

La triste realidad es que el pueblo de una nación y la oposición al régimen que detente el poder en la misma no son más que fiel y vivo reflejo de quien les oprime; un espejo aberrado como la experiencia kafkiano que reina en Cuba no puede generar una imagen bella ni opositores modelo e impolutos. Más aun; la eterna, tenaz y por momentos tendenciosa comparación que se hace entre opositores y próceres de la patria es no solo injusta y deshonesta sino tan aberrada como el espejo que menciono. Si en tiempos de Marti, Maceo y Gomez hubieran existido internet y la telefonía móvil no me cabe duda de que sus imágenes harían sufrido daños significativos. La sana que Raül y sus acólitos dispensan a quienes se atreven a contradecirles supera con creces las peores crueldades del régimen colonial y aún así desde lo alto de nuestro cómodo lazy boy sentenciamos con talante todo poderoso que “esos son unos mierdas”; “son agentes del G2”; “son opositores creados por el mismo régimen”; tener pruebas irrefutables o no resulta irrelevante; en nuestra enorme frustración por quien sabe cuáles añejos fracasos no podemos aceptar que alguien valga la pena y continuamos poniendo en práctica el mismo sectarismo y la misma ignorancia que desde el primer grito en la irredenta manigua hasta los últimos días de la República se fueron acumulando y constituyeron, en última instancia, el caldo de cultivo de tipejas como Fidel Castro Ruz y su grupito de asesinos pestilentes.

No se trata de conformismo de renuncia ni de aceptar cualquier Cuba con tal de tener al menos una. Se trata de no pedir peras al olmo, de no comparar naranjas con manzanas y de neutralizar en lo posible esa mala leche y ese proverbial arrastre que hemos cargado por siglos. De hecho, considero que no es paternalismo sino apoyo crítico y creador lo que debe emanar de esta orilla hacia la otra; exigir resultados y coherencia sin pretender milagros y por qué no? Quizás deberíamos realizar un detenido y audaz examen de conciencia que nos permita abandonar las dimensiones celestiales a las que algunos nos hemos tozudamente trepado.

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