martes, 3 de junio de 2014

LUGARENOS Y FORASTEROS


Todo fue un arreglo entre parientes. Tenian los detalles planificados, pero uno de ellos cuando se vio con el botin en la mano decidio traicionar a los demas; les privo de la victoria y se erigio en unico heredero de cuanto procer existiera. De hecho, se convirtio en nacion y de pronto ir en su contra o simplemente dudar de su juicio era atentar contra la patria. Los parientes madrugados eligieron el sendero del exilio, casi todos se llevaron sus cuentas a otros bancos y desde la ribera opuesta fingieron planear intrincadas conspiraciones mientras que del lado sur el nuevo lider se construia a pasos de gigante un olimpo todo suyo.

Por un periodo fuimos nosotros y el, con un punado de intermediarios que hacian las veces de "lleva y trae" del Zeus antillano, pero digamos que eramos nosotros hasta que comenzaron a llegar esos seres extraterrestres de razon eterna e infinitos recursos, de infalible criterio y vision kilometrica que llamamos "extranjeros"; los primeros eran checos, rubios, robustos y sonrientes ante la relativa libertad que respiraban en la isla aprendiz de carcel; luego los rusos (sovieticos), chinos, bulgaros y hasta estudiantes hispanos y africanos. Preferiamos ser cualquier cosa, hasta negros, con tal de no ser cubanos. Imaginabamos veladas con te y vodka y bandejas repletas de manjares. Debiamos construir el comunismo en unos pocos anos y asi aprenderian aquellos hijos de puta traidores que se habian dejado convencer por los ricos exiliados.

Las cosas se fueron complicando, poco a poco el Zeus se revelo como el mas vulnerable y falible de los mortales y la esperanza del paraiso terenal comenzo a alejarse; en lo adelante comenzamos a tratar de construir cada cual su paraiso pequeno con capacidad para tres o cuatro personas; abrazamos de nuevo a los traidores. los ricos exiliados se fueron haciendo apetecibles y casi bienvenidos, pero los extranjeros seguian siendo una opcion viable. En el pais que mas les odiaba y perseguia se convirtieron en moneda de gran circulacion. Italianos, espanoles y de otras naciones "normales"; menos apegados a los cristalitos de colores y mas atentos a las curvas de nuestras mujeres y de repente redescubrimos a las mulatas y a los negros cubanos; los advertimos cuando el infalible foraneo alzo su caliz para beber a su salud, para quebrar su espinazo en interminables noches de combate milenario. Cuba se lleno de mayorales que arrastraban las erres, que usaban dobles eses y que forzaban las zetas. La mayoria iba y venia, regresaba con frecuencia a respirar el aliento a ron y cana. Pero habia algunos que permanecian en la isla y esos fueron generalmente los mas peligrosos. Se las ingeniaron para ganarse el pan con relativa facilidad en un pais donde para los nacionales el pan no existia; se adhirieron a los muros del poder y la burocracia, les brotaron tentaculos y como hiedras rodearon el complicado andamiaje cubano.

Esos extranjeros por anos han sido complices y hasta protagonistas de episodios de abuso y opresion; se han dejado caer como por gravedad dentro del aparato represivo del regimen y mas alla de temporales castigos casi siempre regresan a la isla con un nuevo disfraz; algunos porque no logran vivir fuera de la mediocre precariedad del pan con biste' frio y devorado de prisa, del chorro tenue de agua en eterna fuga, de luz agonizante y palida. Esos extranjeros que mas que por encima de nosotros vivieron siempre sobre nosotros caminaban dia a dia entre el rosario de males que es la mayor de las Antillas, sobre el centenario complejo de inferioridad que nos ahoga. Esos extranjeros le rieron los chistes al Caligula tropical y hoy aplauden las "sabias" y prudenres medidas de su anciano hermano menor; reiran y aplaudiran cualquier cosa con tal de permanecer en su status de parasitos oficiales.

De la aborrecible fauna cubana los extranjeros son la peor especie; cruce de camaleon con vibora, de mofeta con hiena, cumulo de animales jamas erguidos ni verticales, siempre de soslayo y a hurtadillas, pasaporte siempre a mano por si acaso, agazapados tras viveres y aguardiente barato; lavando su perenne hedor en fragancias baratas y mostrando sus personalidades venidas a menos en la coreografia absurda en que han ayudado a convertir mi pais.

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