Hay dos campos muy polarizados y divididos en nuestro pais: los que estan a favor del actual presidente, Barrack Hussein Obama, asi como los que estan en su contra. El primer campo esta dispuesto a pasar por alto cualquier error, defecto o deformacion con tal de justificar y glorificar a su hombre mientras el segundo parece buscar a toda costa motivos para demonizarlo y, en numerosas ocasiones, se pierde en nimiedades muy dificiles de fundamentar en lugar de concentrarse en los puntos algidos de la filosofia o ideologia que el mandatario parece favorecer.
Con los que intentan defender al presidente a toda costa y saltan impudicamente sobre escandalos, vicios de metodos y rasgos dictatoriales tengo un gran problema y conste que en este grupo hay personas que respeto, admiro y en muchos casos son beneficiarios de mi sincero carino; por otro lado, con los que se pierden en ofensas raciales, calificativos desmedidos e histericos y busqueda esteril de defectos tengo identico problema, no porque mi raza sea (casi) la misma del senor en cuestion, mi perplejidad y molestia serian identicas si se tratase de un judio o un nordico; de hecho, la histeria con que la izquierda flagelo a George W Bush durante todo su mandato me creo una considerable repugnancia.
No soy tan ingenuo como para pretender un mundo ideal o un pensamiento perfectamente imparcial; mas aun, no creo que los seres humanos debamos ser imparciales; la materia blanda y volatil que llevamos dentro es demasiado fluida y sensible para resistir el embate de las subterraneas pasiones que agitan el alma humana y desbordan rios de emociones. Todo sentimiento, por justo y noble que pueda ser, genera excesos y distorsiones que a veces rayan en lo peligroso y solo la robusta vocacion ciudadana nos evita precipitarnos a las profundidades de la estulticia. El ejercicio de un periodista, un pensador, un analista o simplemente un ciudadano de este mundo, debe ser de constante busqueda de la "verdad" entendiendo como veraz lo probable y lo practico mas alla de inclinaciones y preferencias.
La eleccion de Obama sin duda marco un simbolico salto hacia una nueva era. Personalmente hubiera preferido a Mc Cain porque temia y aun temo el efecto de la politica del presidente sobre la nacion, pero comprendo que a pesar de ser un hombre integro, un heroe de la guerra absurda y un politico de peso en el senado, mi candidato no lograba igualar las cualidades de su oponente. Barrack fue y es mejor candidato, mejor competidor y mejor politico. La arrogancia y miopia de los republicanos les llevo a tomar la campana como algo secundario y cuando comprendieron que se trataba de una muy bien organizada maniobra de la izquierda extrema ayudada por el verdadero poder de la nacion fue demasiado tarde y se quedaron sin silla. Es necesario senalar que la arrogancia no cego solo al GOP sino a muchos dentro del mismo Partido Democrata; una vieja loba como Hillary jamas se hubiera permitido las criticas que lanzo contra su contrincante si hubiese comprendido que era el candidato del status quo; el hecho de que una maquinaria tan poderosa como la Clinton Corp. quedara al margen de la maniobra demuestra hasta que punto extremistas y fabianos daban la eleccion del primer presidente negro como la prioridad del momento.
Los Clintons sufrieron en carne propia identico oprobio al que habian sometido a sus victimas en el pasado. El poder no vacilo en arrojar a la senora al barranco de la derrota precisamente en el momento en que su candidato calificaba al influyente matrimonio de ser parte del "establishment" en lo que seria una de las numerosas geniales jugadas que "team Obama" nos regalaria en lo adelante. The powers that be, como se le llama en ingles, no se detuvieron ante nada ni nadie para colocar a su elegido en la Casa Blanca. La prensa y los circulos de poder silenciaron las atrocidades anti patrioticas de su pastor, saltaron sobre presuntos origines foraneos del mesias e hicieron caso omiso de cuanta luz roja se encendiera durante la campana. El partido democrata llego al punto de colgarle nada menos que a Bill Clinton el cartel de racista mediante la burda manipulacion de una presunta conversacion entre este y el moribundo Ted Kennedy. Tengo la subjetiva impresion de que se creo un clima de terror en el partido de modo que cualquier manifestacion en contra del futuro presidente debia ser no solo criticada sino castigada con energia ejemplar. Solo la historia dira si mi percepcion es errada o si de veras se violaron las mas elementales normas de convivencia y disciplina partidarias, pero mas alla de mis impresiones lo innegable es que se creo una burbuja dentro de la cual colocaron al presidente y a partir de ese momento criticarlo era criticar la nacion, la historia, la patria y el progreso. La falaz ecuacion estrenada por el sistema coloco, al menos por el momento, un signo de equivalencia entre el nombre del candidato democrata y la dignidad humana de modo que cualquier ataque contra el fuese un atentado contra los vitales intereses de Estados Unidos.
Asi las cosas ocurrio lo inevitable, el regimen nos impuso al recien llegado desconocido y de biografia retocada y censurada y los votantes enviaron con amplio margen a Pennsylvania 1600 al ejecutivo mas a la izquierda que la historia recuerde. Por mas que podamos admitir que su presencia al timon de la nacion fue una decision relativamente reciente no cabe la menor duda de que una vez asegurada la conveniencia a sus planes del senador de Illinois la celeridad y precision con que el poder materializo su coronacion fue inusual para los canones de viscosidad y lentitud de que adolece nuestra gran nacion. La ambicion de los fabianos y izquierdistas extremos de erosionar el tejido de la primera potencia mundial y hacerse con la propiedad de una significativa porcion de su impresionante economia es aneja, pero el instrumento para lograrlo lo seleccionaron, quizas por accidente, pocos meses antes de aquel torrido 27 de julio del 2004 cuando el entonces senador pronuncio el discurso principal en la convencion democrata CONTINUARA...
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