Ayer participe en un evento académico en el que se debatió sobre el Séptico Congreso del Partido Comunista de Cuba. En sustancia aprecio que existió consenso en que nada había cambiado sustancialmente y en que en modo singular esta vez no se creo la discusión "popular" de otras ocasiones para llegar a conclusiones en el marco del evento; sino que se efectuó el mismo, casi sin llegar a acuerdos y se supone que en un futuro más cercano o lejano lo que se abordó se someta al debate a todos los niveles.
Más allá de este criterio compartido por los presentes con mayor o menor fervor yo les daré mi personal impresión:
1- La élite castrista, compuesta por un ínfimo puñado de "escogidos" aún logra descifrar el humor de la población que diariamente explota y suprime; a pesar de la apatía de amplios sectores se percató del deseo de muchos, en especial militantes de fila, de verter criterios e inquietudes que no estaban en sintonía con el discurso oficial; en la isla hay un enorme descontento y los miembros del partido único son los más irritados: se les prometió el paraíso y los condujeron al infierno; y por si esto fuese poco hoy ven como los enemigos de ayer regresan victoriosos y sonrientes mientras ellos no atinan más que a secarse el pertinaz sudor de sus arrugadas frentes. Que no quepa duda: comunistas, gusanos, bisneros, jineteros y cuanta categoría exista saben perfectamente que aquello no tiene solución. Lo único que aún ata a algunos al status quo es el miedo a lo desconocido y a la férrea represion. El congreso se postpuso sin avisar a nadie.
2- Un ingrediente contradictorio es el proceso de normalización de las relaciones entre el régimen y Washington, los pueblos cubanos y americanos no se odiaron jamás a pesar del veneno que el Caligula tropical nos inyectaba. Siempre admiramos a los yumas o hoy muchos de nosotros somos orgullosamente yumas; pero mientras más trata la administración de Obama de apuntalar aquel carcomido y chirriante andamio, más inestable se torna la situación y más cubanos huyen despavoridos temiendo lo peor. Algunos afirman que el brillante discurso de nuestro presidente al pueblo cubano lleno de esperanza a Albertico, yo me atrevo a ripostar sosteniendo que esa magnífica pieza retórico oratoria lo que hizo fue develar en toda su fealdad y sordidez el verdadero rostro de la vida en Cuba. Efecto colateral de incalculable repercusión.
3- El orden de los factores SI altera el producto cuando se trata de procesos políticos; lo que ha sucedido en Cuba es como comerse la carne cruda y luego tragarse un cerillo encendido en espera de que esta se cocine mientras descienda por el esófago y dejar la consulta para después es a mi juicio un desesperado intento de ganar tiempo; demorar lo más posible el enfrentamiento con la realidad y con la mala leche que se ha acumulado en los últimos años. Raúl sabe que tendrá que beberse ese trago amargo tarde o temprano, pero prefiere tarde y continúa atragantándose de carne cruda y lanzando cerillas en llamas a lo profundo de su tubo digestivo. Ante la creciente impaciencia de un pueblo en harapos el general aminora el ritmo de su "dribbling" y consulta con insistencia el reloj.
4- La coyuntura internacional, en especial en América Latina, no promete nada bueno al menor de los Castro; los cheques de Chávez se esfumaron; Maduro tiene un pie en Miraflores y otro en la escalerilla del avión, la Hillary ríoplatense perdió las elecciones, el autóctono apócrifo fracaso en su intento por perpetuarse, Correa ha sacado unas cuentas y comprende que es mejor largarse que empecinarse en lo imposible, Ortega coquetea con el Imperio de modo desfachatado, la guerrillera está en un atolladero difícil de vencer y el capital de Estados Unidos no tiene la menor intención de invertir un centavo mientras no existan las condiciones mínimas. Volvemos a la ironía del momento: cualquier intento por mejorar la economía cubana pudiera degenerar en el colapso social. Con dos películas, los glúteos de la Kardashian, una fábrica de transformers con nombre de deidad africana y un ejército de talabarteros y plomeros que ya han mostrado signos de exasperación no se desarrolla el país. No confundamos clase media con media clase. Pero como aquí lo importante es ganar tiempo cualquier excusa es válida.
5- No concuerdo con los que dicen que todo está cuadrado; ante la inevitable muerte en cadena de los "jóvenes barbudos" no existe un plan único ni una solución milagrosa. El régimen juega de oído, improvisa, negocia y de nuevo: gana tiempo. No parece haber una alternativa válida y en especial garante de estabilidad y paz en las filas opositoras y la posibilidad de que algunos de ellos puedan madurar con la celeridad necesaria es mínima. Hemos pasado décadas deseando este momento pero jamás nos preparamos para el mismo y la cita de nuevo se nos escapa entre las manos. Para justificar nuestra enesima pifia usamos el pretexto del continuismo pactado, la traicion de Obama y cuanta falacia nos queden al alcance. Hojeamos frenéticamente libros y panfletos buscando a quien culpar de nuestra mediocridad. La última consiga es: "defendamos Estados Unidos porque Cuba ya se perdió" me pregunto cómo podremos defender un país enorme si nos dejamos arrebatar un campo de fútbol. Si para rescatar América aplicamos la misma arrogancia, estulticia y sin razón que usamos en el caso de Cuba el resultado será otra rotunda derrota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario