Hace meses vengo mencionando la componenda que se esta fraguando en Cuba en los ultimos anos: generales, ex segurosos o seguroros activos, hijos de papa, curas, empresarios extranjeros (incluso algunos americanos) y los juglares de siempre, se confabulan y ganan espacio dia a dia. No se muestran abiertamente, aun existe mucha desconfianza entre ellos mismos y ninguno desea asociarse demasiado al agonizante regimen; pero ahi estan.
Lo peor que nos pudo pasar fue esta muerte lenta y teledirigida de Fidel Castro, un infarto masivo en plena concentracion en la Plaza hubiera sido quizas traumatico, pero habria dejado vacios que el pueblo hubiera podido utilizar; por el contrario, este desaparecer paulatino y prolongado en el que nos levantamos de la cama esperando que finalmente llegue la noticia, ha dado mucho tiempo a que ciertos elementos se reinventen, a que cambien las alianzas y a que innumerables pecados se perdonen; asi vemos a un cardenal pidiendo que la policia de Castro desaloje una iglesia; una hija del general "darse la lengua" con prostitutas y transexuales y recibir por esto ingentes sumas de dinero de las organziaciones internacionales que protegen a esta abrumadora "minoria", segmentos de nuestro exilio que abiertamente claman por negociar con el regimen y una kermesse de agentes de Castro y descarados de todo tipo que desfila por Miami en el preludio de lo que vendra.
Hay un solo perdedor en este panorama: Liborio; y cuando lo nombro implico no solo el que esta alla hambreado y sudoroso, incluyo a esta enorme masa de exiliados sin protagonismo ni titulares de prensa que apretando su cinturon mantiene viva la isla con sus generosos envios de dinero y articulos de todo tipo; somos el unico caso de segmento que paga sin recibir nada o poco a cambio y esto habla muy mal de nuestro poder de negociacion. A la luz de cuanto ocurre me viene a la mente la primera guerra de independencia, su prolongado dano a la economia de la isla, su fin anunciado, casi como la muerte de Castro y la viril protesta de Baragua ante el vergonzoso pacto del Zanjon; haciendo una arbitraria e iconoclasta comparacion pongo al exilio en el lugar de Maceo y me pregunto si la intransigencia sea una opcion conveniente; no digo ni si ni no, solo me cuestiono con esta dichosa costumbre de poner todo en discusion.
Quizas nuestro error haya sido pensar que las victorias en la vida real son contundentes; nos hizo mucho dano ver las imagenes de la caida del muro de Berlin y de la rendicion de los otrora jerarcas de los paises del este; optamos por una victoria total, demoledora e innegable y con esto hemos desperdiciado mas tiempo que el que nuestros mambises dedicaron a la guerra del 68. Algunos de nosotros comienzan a comprender que la rendicion total es muy poco probable, que los Castro posiblemente moriran en sus comodos lechos y ya dejan caer la pluma, suavizan el verbo, retocan la semantica y toman prudente distancia del exilio historico; cada minuto que transcurre es una ocasion perdida; es una ley democratica mas que se pierde y un esbirro mas que se enriquece. La intransigencia es bella, la verticalidad es loable, pero el pragmatismo y la sabiduria son efectivos y dan resultados mas tangibles y duraderos. Corremos el riesgo de quedarnos solos, de que muchos de estos que hoy se distancian actuen en nuestro nombre y se rindan a las honerosas condiciones del regimen; no hablo de negociar desde posiciones de debilidad y en los terminos del gobierno de La Habana, hablo de organizar esta masa de cubanos en un frente que no necesariamente refleje visiones politicas, aun no, eso se podra hacer en una Cuba libre, sino que se centre en un unico objetivo: jugar el papel que nos corresponde por derecho propio como cubanos y como grupo que pone la plata; arrabatar al regimen cuanta ley nos pueda beneficiar y con ese espacio entrar como un protagonista mas en la escena llevando con nosotros al otro Liborio, al de alla
sábado, 14 de abril de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario