MAIN STREET

Ayer disfrute nuevamente de un concierto de esta "band" que resume los desatendidos deseos de la generacion que da nombre a mi humilde blog; como explique en mi entrevista a Radio Marti, esta es la decada en que la mayoria de mis amigos de toda la vida nacio; es emblema de esa generacion que llego demasiado tarde para opinar y demasiado temprano para vivir.
Camino al concierto mi pobre y senil Volvo me hizo la trastada y empezo a perder gasolina; una vez en CubaOcho comprobe que tendria que llamar el road assistance de mi seguro (omito el nombre a proposito); no obstante mi mujer y yo entramos al local dispuestos a no dejarnos robar la alegria; me senti emulo de Aznavour en "Buen Aniversario" y trate firmemente de pasar una velada agradable. Poco a poco el sitio se fue llenando y uno de los integrantes de Main Street, su baterista, me informo que habian montado uno de los "tunes" de the Zep que yo les pidiera en la ultima presentacion.

Nos sentamos en una mesa muy cercana al escenario y entre preocupacion y alarmas financieras a causa de la rotura del auto luche con determinacion por salvar la noche; aparecio la botella de scotch barato "clavada"; si no es barato no tiene gracia "clavarla"; los calidos abrazos se sucedieron y al fin, tras la espera y la lucha contra las cifras en mi mente inicio el concierto...a medida que se sucedian las piezas musicales mi animo reaparecia; entone las canciones de mi adolscencia, esas que escuchaba a bajo volumen. WQAM, WLS, KAAY, WGBS fueron los complices de este pobre aprendiz de comunista que no veia nada de malo en deleitarse con la musica del "enemigo", con tener amigos "maricones" y catolicos y con desearle lo mejor a los que se marchaban; pense en mi, en mis primeras novias, en el pantalon estrecho que mi abuela arreglo a reganadientes; en mi afro que hoy parece irreal, en los "quince" a que nunca asisti por no tener ropa adecuada, en "cortarse" con las "jevas", en cantar, cantar hasta quedar sin voz; era el consuelo de nuestra esteril y conflictiva adolescencia; locos algunos por morir en aras de una causa justa, pero viviendo la mas injusta de las vidas. Pense en las decenas de canciones que escribi y que hoy no se donde habran ido a parar; en los horribles poemas de amor que gracias a Dios nunca intente publicar. Pense que jamas me subire a un bus color calabaza, ni pasare el SAT; que de mis anecdotas de infancia muy pocos son en ingles y que en aquellos en espanol hay escasas palabras que tengan significado real.

Un amigo me pregunto si me habia percatado de que era el unico negro en el salon; no me habia percatado, no me importo y no me importa; pero si di gracias a Dios por lo soslayable del detalle, no porque los demas no se percataran, sino porque YO no me percate jamas; me senti bendecido por vivir en un mundo donde la diferencia racial no pasa de ser una broma entre "socios" y agradeci en silencio a los miles de cimarrones, surenos americanos, intelectuales de las antillas y personas con decoro que habian hecho posible este salto de calidad en las relaciones humanas. Lo mas bello de todo no fue que yo agradeciera ser un Tio Tom o poderme sentar a la mesa del senor; sino que yo agradecia tener mi propia mesa, ser protagonista de mi propia vida y sentir este inextinguible orgullo por llevar sobre la piel el sabor del pueblo de Ife; de los misterios ocultos, de los sabores intensos, de la miel y la canela; de todo aquel tesoro que me acompana sin la presion de tener que probar nada a nadie y mucho menos a mi mismo.

Al terminar el concierto, con un tenue hilo de voz, llame al numero del roadside assistance; me prometieron resultados en 90 minutos, a los 28 tenia la grua lista para llevar mi auto a casa y amigos dispuestos a desviarse a esa hora para conducirme a casa. Pan con "biste'" seria la solucion al ligero ardor de la membrana gastrica luego del dudoso escoses "clavado"; esta union de cubano con yankee que me seduce; mi orgullo y excepticismo hacia todo lo vernacular.

Llegados a casa, amistad y recuerdos a salvo, la noche sin dudas entre las mejores, me deje acariciar por la dulce y mitigante combinacion de sabanas de fino algodon y la piel del amor de mi vida; a reparo, problemas decididamente atras, pense que quizas la decada de los cincuenta no nos habia tratado tan mal despues de todo y me prepare para asistir al proximo concierto de Main Street